La Junta de Asistencia Privada (JAP) de la Ciudad de México, se maneja como una empresa particular en beneficio de su titular Carlos Leonardo Madrid Varela, amigos e incondicionales con sueldos superiores al del Jefe de Gobierno.
Instituciones de Asistencia Privada (IAP) denunciaron lo anterior y revelaron que cada una de ellas entrega la JAP seis mil pesos mensuales por cada millón que recaudan.
Como son 400 se entregan dos millones 400 mil pesos, que al año suman 28 millones 800 mil pesos. Dinero suficiente para que sus oficinas estén el lujoso barrio de Polanco.
Sin embargo, hay fundaciones como la del Monte de Piedad que generan hasta más del quíntuple de lo que entregan las 400 IAP a la Junta, dineros que no son transparentados y que sirven para el ocio, y fiestas de oropel, así como para contratar personal sin el perfil adecuado para realizar tareas de asistencia social.
Indican que mientras en la CDMX hay más de cinco mil personas en situación de calle, estos funcionarios se dan una gran vida y olvidan la función humanitaria.
Perciben: presidente 144 mil 200 pesos, directores de Análisis y Supervisión, director 74 mil 900 y un aguinaldo que va de entre 99 a 105 mil pesos.
Los jefes de departamento ganan 59 mil 700 pesos, y otros niveles de 34 mil, rango en el que se ubica el responsable de la Unidad de Transparencia.
De acuerdo a los reglamentos en la materia, las Instituciones de Asistencia Privada atienden carencias sociales en rubros como: protección a madres solteras, huérfanos, ancianos, discapacitados, enfermos, personas en situación de calle y otros grupos vulnerables como los jóvenes adictos.
Todo esto lo hace al amparo de la Ley de Instituciones para la Asistencia Privada del Distrito Federal (LIAPDF), expedida en 2006 y modificada en noviembre del 2010 donde se les otorga cierta autonomía.
De acuerdo al artículo 70 de la LIAPDF, la Junta de Asistencia Privada es un órgano desconcentrado de la Administración Pública con autonomía de gestión, técnica, operativa y presupuestaria, pero adscrita directamente al Jefe de Gobierno.
El mobiliario y vehículos son utilizados en beneficio propio, ha causado malestar que camionetas y camiones se usan para trasladar familiares a bodas, quince años y eventos sociales, pero no en fines humanitarios. Incluso, nunca se ha emitido un programa de actividades y el dinero recaudado para ayudar a los damnificados por el sismo del 19 de septiembre es un misterio.