La ganadería bovina a nivel mundial genera 20% del total de los gases de efecto invernadero (GEI), en especial metano (CH₄), un gas que tiene un efecto 28 veces mayor al dióxido de carbono y tiene una vida media de 9 a 15 años en la atmósfera. Dada su contribución al cambio climático, contar con inventarios nacionales con estimaciones precisas sobre este gas es relevante para implementar estrategias de mitigación acordes a la realidad ganadera de México.
“El resultado más importante del inventario tiene que ver con el volumen total de emisiones de metano para la ganadería bovina de México, actividad que contribuye con 2,039 gigagramos (un gigagramo es equivalente a un millón de kilogramos) cada año, de una población estimada de 33 millones de cabezas de ganado”, destacó en entrevista Castelán Ortega, coordinador del documento Estado del Ciclo del Carbono en México: Agenda Azul y Verde, capítulo “Ganadería”, junto con Juan Carlos Ku Vera.
A diferencia de otros inventarios presentados por México en el pasado, el de este año se ha realizado con la metodología Tier 2, propuesta por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que se caracteriza por estimar los factores de emisión de metano por región climática del país (para México fueron cinco regiones climáticas: muy seco, seco, templado, cálido subhúmedo y cálido-húmedo); por tipo de ganado: productor de leche, productor de carne, ganado de doble propósito, de diversas edades y pesos; y por sus distintas dietas alimentarias.
“Utilizamos factores de emisión propios de México, un aspecto nuevo para el país que nos coloca por arriba de la gran mayoría de los países de América Latina que todavía realizan sus estimaciones con Tier 1, una estimación general que multiplica el número de cabezas de ganado bovino por un factor de emisión por defecto sin considerar las particularidades antes mencionadas”, agregó el investigador de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Añadió que la incertidumbre del inventario ronda 20%, hacia arriba y hacia abajo, porcentaje comparable con los reportes que han entregado países como Estados Unidos, Francia y Canadá, por lo que esta aportación puede ser considerada confiable.
Uno de los aspectos necesarios para poder efectuar el inventario, que inició en el año 2017, era medir in vivo la producción de CH₄ de ganado a partir de la fermentación ruminal y en el país sólo hay dos laboratorios que cuentan con las cámaras de respiración de circuito abierto para generar esta información científica básica: la FMVZ-UAEM, en el Estado de México, y la FMVZ de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en donde se encuentra el doctor Ku Vera.
En las cámaras de respiración se reproducen las condiciones en las que viven los animales en el campo, por ejemplo, la dieta varía de acuerdo con la región climática, así que lo que hicieron los integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias en sus laboratorios fue conseguir las dietas de acuerdo con la región y alimentarlos con ellas para la toma de datos. Con su equipo de investigación generaron una serie de ecuaciones y predicciones matemáticas para estimar las contribuciones de CH₄.
La dieta, clave para reducir emisiones de metano
Hoy en día se sabe que una vaca adulta puede producir al día hasta 700 litros de metano y los autores de este inventario sugieren que la reducción de las emisiones de CH₄ podría redituar en un incremento de la productividad ganadera dado que el metano emitido por el ganado representa una pérdida de 2% al 12% de la ingesta de energía bruta de los alimentos consumidos.
Su alimentación varía, puede incluir ensilado de maíz, heno de alfalfa, maíz molido, pasta de soya, salvado de trigo, bicarbonato de sodio y vitaminas y minerales. Castelán Ortega y Ku Vera añadieron a la dieta de las reses diversas plantas con amplia presencia en México.