Un
grupo de disidente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
tomaron la decisión de iniciar una huelga de hambre frente a Palacio
Nacional, debido a que dijeron, había falta de compromiso de las autoridades
para hacer extensivo el pago de jubilaciones.
Luego de efectuar la mesa de diálogo número 29
entre la Secretaría de Gobernación (Segob) y el grupo opositor al movimiento
que encabeza el líder sindical, Martín Esparza, el diálogo se rompió y las
peticiones quedaron estancadas.
Ramón Ramírez que en compañía de otros cuatro compañeros arribaron con un numeroso contingente al zócalo capitalino, instalaron una carpa en la que permanecerán por tiempo indefinido hasta que el propio presidente los reciba, dijeron.
En este contexto, son 28 mil personas -entre hombres y mujeres- que, a 10 años de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, el daño a su vida laboral no ha sido reparado.
Antes de iniciar con éste aventurado y riesgoso período de ayuno, Ramón Ramírez expuso con molestia “llevamos 10 años en un calvario y en la zozobra de saber cuándo nos darán nuestras jubilaciones y emocionalmente estamos muertos en éstos 10 años de sufrimiento, pero es mejor luchar fuera de Palacio Nacional que morir en nuestras casas”.