Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia, reiteró ayer que fue
sometido a presiones durante el sexenio de Felipe Calderón y rechazó hacer
comentarios sobre la renuncia del exministro Eduardo Medina Mora.
Además, anunció una nueva política de carrera
judicial para eliminar “compadrazgos” y redes de corrupción en los tribunales.
En una inusual conferencia de prensa, la primera de un presidente de la Corte desde 2011, Zaldívar dijo que no va a perder más tiempo con polémicas del pasado, pero insistió en las presiones del Gobierno de Calderón durante el litigio de los casos de la guardería ABC y la francesa Florence Cassez.
“Esta situación de las presiones a que fui sometido y fue sometida la Suprema Corte no son nuevas, tiene más de ocho años que se sabe de eso”, aseguró Zaldívar, en alusión a la crítica de Calderón por haber esperado años para denunciar dichas presiones, acusación que hizo en una entrevista de televisión el martes pasado.
En el caso ABC, en 2010, Calderón acababa de nominar a Zaldívar para la Corte cuando este propuso declarar a altos funcionarios de su Gobierno como responsables de graves violaciones de derechos humanos, lo que rechazó la mayoría de ministros.
En
el de Cassez, la propuesta inicial de Zaldívar de liberarla por haber sido
exhibida públicamente al ser detenida por secuestro fue aprobada hasta 2013, ya
en el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Aseveró que denunció las presiones, en privado,
al Presidente y Pleno de la Corte, pero que por ética no dijo nada en público.