La inseguridad ya alcanzó
a la Conagua que, además de enfrentar robos y vandalismo en
infraestructura estratégica, en los primeros diez meses de la actual
Administración federal ha tenido que declarar desiertas licitaciones en seis
entidades por la nula respuesta de las empresas ante la amenaza de la
delincuencia.
«Como son obras pequeñas y están en zonas
inseguras, ya no estamos consiguiendo (empresas) que entren a los contratos y
las licitaciones las tenemos que declarar desiertas, estamos hablando de zonas
desde Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Coahuila, Michoacán y San Luis Potosí»,
afirmó en entrevista Blanca Jiménez Cisneros, directora general del organismo.
La situación de inseguridad, aseguró, se agudiza en zonas de Michoacán a las que ni el propio personal de la Conagua puede entrar para hacer levantamiento de datos, registros operativos o de funcionamiento de la infraestructura del sector hídrico.
«En Coahuila, también tenemos problemas para entrar, y en algunos sitios de Tamaulipas», expuso.
La funcionaria aseguró que personal de la dependencia ya fue víctima de robos con violencia realizados por grupos armados.
«Mucha de esta obra
hidráulica no está en las ciudades, sino en zonas remotas, y esto propicia que
esté en zonas mucho más inseguras», indicó.
La Conagua tiene bajo su resguardo presas de
almacenamiento, plantas de bombeo, presas derivadoras, estructuras de control
en canales y drenes que resultan estratégicas para llevar el agua a las
ciudades y a los campos de cultivo, así como para proteger a la población ante
fenómenos meteorológicos.
No obstante, en un primer balance realizado por
la dependencia, se advierte que al menos un 10 por ciento de la infraestructura
está vandalizada y los daños materiales ascienden a sumas
clasificadas como «cuantiosas».