AUTOPISTA
Por Francisco Carmona Solís
CORRÍAN los últimos años de la década de los 50s., y en la hermosa ciudad de Puebla, esa que ahora tiene un autódromo de primer mundo, como es el Miguel E. Abed, en Amozoc, no existían escenarios propios para efectuar carreras de automóviles.
Así las cosas, los dirigentes del Club Automovilístico de Puebla solicitaban permiso y lo lograban, para realizar sus justas en el lo que era el aeródromo militar llamado «Pablo L. Sidar», ubicado de hecho casi en la zona centro de la capital.
Ahí cerca estaba el Hospital Militar, que su instalaba como el nosocomio a donde podrían ir los accidentados, fuese piloto, oficial o público. Contaba con una zona de tribunas en lo que se habilitaba zona de meta e inicio de la recta principal.
La ciudad no era entonces tan grande. Así que mucha de la pista discurría por lo que ahora son zonas habitacionales y comerciales, llegando hasta la Colonia del Carmen, a una zona donde se ubicaban los campos deportivos del Colegio Benavente.
Y ocurrió que en una de esas carreras, tomó parte el recordado Pedro Rodríguez de la Vega, un niño aún, al comando de un Fiat Topolino, un auto muy compacto, más que el famoso «Vocho» y ligero.
Ocurrió que al llegar al final de la recta (en lo que ahora viene a ser prolongación de la 25 Oriente), como no había las construcciones de ahora, pues una corriente de aire que le dió lateral, lo volcó. Increíble, pero cierto. Lo bueno es que el piloto no sufrió lesiones.
Al paso de los años, Pedro Rodríguez de la Vega se convirtió en un ícono de nuestro deporte, siendo el segundo mexicano (después de su hermano menor, Ricardo) en llegar a la Fórmula Uno.
Y fue tanta su calidad, que llegó a ganar dos Grandes Premios de F-1 valederos para el campeonato mundial (Sudáfrica y Bélgica) y varios no puntuables (que en ese entonces se daban), uno de ellos en Inglaterra, pero su mayor grandeza la tuvo en los Prototipos, donde sin discusión, fue el mejor del mundo durante tres años (1969-1971) y aún ostenta marcas de velocidad, la más impresionante, en Le Mans, Francia.
Y lo que son las cosas. Ese «Pablo L. Sidar» tenía carreras cada año. Y en otra, pero ya en los 70s, el «Negro» José Madero corría un Mustang en la Turismo Nacional 4, cuando al salir de la última curva y entrar a la recta, justo frente a las tribunas, se encontró inesperadamente con dos aficionadas.
¿Cómo entraron a la pista esas damas? Nadie lo supo. Madero quiso frenar, pero no pudo (iba a gran velocidad) y en algo insólito, trató de librarlas yendo por donde se suponía, no iban a cruzar. Pero una se fue por un lado y la otra, por el revés.
José no pudo evitar arroyar a una. Se temía lo peor por la otra, pero por fortuna, sólo resultó con golpes contusos, una fractura de tibia y el enorme susto. Madero tuvo que salir en la cajuela de un auto de Rubén Novoa, para evitar agresiones del público, que lo culpó del percance, cuando en realidad, había sido una víctima del hecho.
Cosas de las carreras. Porque esas salidas de una pista en cajuela, se repitieron muchas veces, en León, Guadalajara, Torreón y varios lugares más.
Y para seguir con Puebla, pues hay que decir que las carreras de autos se hicieron famosas a raíz de la auténtica Carrera Panamericana, porque el público se iba a la zona de Atlixco y Huejotzingo y un poco más allá, a una zona de curvas muy peligrosa, donde se sucedieron accidentes serios, como el del francés Jean Behrá.
En esas justas se hizo famoso Fernando Razo Maciel, primer poblano en la Panamericana, quien creó numerosos seguidores. ¡Vaya historias!
CAMBIANDO VELOCIDAD
Pues no hace mucho comentamos que a la colombiana Tatiana Calderón le había ido bien en su debut en la F-3 Asiática, donde se quedó muy cerca del podio y aunque es piloto de la afamada Escudería Telmex-Telcel, en esta ocasión utilizó un auto del equipo Seven, que maneja el buen amigo Picho Toledano y que tiene mucho éxito… Y seguramente tendremos buenas noticias en las siguientes fechas del certámen… Tatiana, se dice, es quien pudiera ser la siguiente piloto en llegar a la F-1, si cuenta con los apoyos necesarios… Y por cierto, se habla de que Robert Kubika, quien perdió su asiento en Wllliams para el 2020, podría ser piloto reserva de otro escuadrón… Quien no encuentra «chamba» es Nico Hulkenberg, retirado de Renault…