ESCAPADA
Por Javier Carmona Solís
NADIE puede negar que una de las grandes figuras de nuestro ciclismo en la especialidad de ruta ha sido el afamado michoacano (orgullo de Zacapu), Rodolfo Viela, a quien yo en lo particular llamé «Aguila Michoacana», porque era hábil para andar en las cumbres, al igual que esa ave que es otro sello característico de nuestro país.
Campeón alguna vez de la Vuelta de la Juventud, ganador de carreras Panamericanas (campeonatos y juegos), Centroamericanos y muchas pruebas de uno o más días, le dio brillo en justas por etapas en el extranjero, como la Vuelta a Costa Rica en 1974, cuando no sólo ganó el título individual, sino el de Montaña, el de Combatividad y el de equipos, comandado por Odilón «Chicharrín» Rojas, apoyado por su inigualable lugarteniente, Tito Lugo, chaparrito de estatura, pero de corazón enorme; Manuel Ceja, formidable en toos terrenos y Francisco Vázquez, un remachador a la altura de los mejores en el mundo.
Pero algo que nos impresionó sobremanera, fue el subcampeonato en la durísima Vuelta de Cuba, que pudo haber ganado de no ser por dos incidentes que pesaron en su contra independientemente de que la rivalidad era imposible de vencer, como comprobaron varios equipos aztecas.
Vitela fue subcampeón, atrás de Carlos Cardet. por 44 segundos. Y antes, el primer mexicano en ser segundo ahí fue Alejandro «Charrito» Oropeza, manejado por Javier Saavedra; luego, Agustín Juárez también fue subcampeón, cuando fue aquél equipo manejado por Luigi Casola, en el que estaban entre otros, Radamés Treviño y Agustín Alcántara, otros inolvidable de nuestro deporte.
Y esa edición tuvo su característica. En razones de los vuelos que existían en ese entonces a la Isla Bella, el equipo mexicano arribó el mismo día en el que la prueba arrancó, en Baracoa, un extremo de la Isla Bella.
Casola con su labia, provocó que esa etapa quedara como simple carrera y la Vuelta largó oficialmente al segundo día. México era el equipo clave del entusiasmo y nadie quería perderlo de las acciones.
Tanto Oopeza como Juárez perdieron ante Sergio Pipián» Martínez, que fue tal vez el ídolo máximo de los antillanos.
A la justa de Vitela, que encabezó Agustín Alcántara como técnico, fue invitado por Benito Sobero, a la sazón presidente de su Federación y por Reynaldo Paseiro, ex titular y director de la Vuelta. Y «culpable» en cierto modo fue mi padrino Orlando Horta, que era el director técnico. Hice la justa total en moto, comandada por el campeón cubano de la especialidad, del cual, lamentablemente, no recuerdo el nombre.
Vitela, dijimos, no ganó por dos incidentes. El primero que en la primera etapa Ricardo Muciño, el polito, se cayó y se fracturó una mano y tuvo que abandonar.
El otro, en la etapa a la temible Gran Piedra, Alfo «Búfalo» Arencibia se escapó. Vitela estaba en el grupo, a unos tres minutos y esperó hasta a unos dos kilómetros antes de la temida escalada de 14 kilómetros, que termina en «una pared», donde los ciclistas van en zig-zag y a donde ni los Jepps militares podían subir.
Cuando Vitela atacó y se escapó, estaba a casi cuatro minutos de Aldo. Pero recortaba terreno con rapidez. De pronto, en un cambio, su cadena se safó. Alcántara no era autorizado a pasar para atender a su corredor, por lo que Rodolfo tuvo que bajarse, con el consiguiente corte de piernas y pérdida de tiempo. Volvió a su jaca y apretó el paso. Me volví aguador y le di una ánfora y le eché agua en la cabeza, como me pidió.
Arencibia ganó la jornada, pero Vitela llegó a menos de un minuto. Luego ganaría de forma impresionante la contra reloj en Varadero, con un viento en contra brutal. 44 kilómetros que hizo a más de 45 kph. José Luis Castjañeda ganó en la temible escalada a Topes de Collantes y Paco Vazquez, el jalisciense, un remachador a la altura de los mejores en el mundo, triunfó en Camaguey, a donde llegó escapado con dos Daneses.
Un día antes Paco había perdido el sprint ante esos mismos. En la noche, durante la cena (moros con cristianos y carne de puerco y muchas botellas de malta) comentamos el ncidente y medijo, ‘porqué crees que perdó Carmona? Y le dije: te anzaste muy largo al embalaje, se te pegaron a la rueda y te brincaron en la meta. Debes hacerlo al revés si se vuelve a dar la oportunidad. ¡Se le dió y la aprovechó!. Estaba feliz! Me dijiste bien.
En el transcurso de la Vuelta y en especial en Varadero, Cardet asumió el liderato y más de 50 cubanos, del equipo nacional, del juvenil y de las selecciones regionales, trabajaron a su favor para que México no ganara. Y en ese entonces no había de que podían desobedecer las instrucciones.
Honor a don Rodolfo Vitela, de quien se podrían escribir muchos libros con sus hazañas.
SPRINTS
Y que a qué viene esto, pues recientemente Alma Delia y Erika trataron el tema y me pareció interesante, as que vaya un cordial saludo para estas dos damas apasionadas del deporte del pedal y narradoras de muchos episodios… Por cierto, aquel histórico Windsor que arrasó en Costa Rica en 1974, estaba integrado por Rodolfo Vitela, Manuel Ceja, Tito Lugo y Francisco Vázquez; Antonio Solís era el auxiliar técnico y Odilón Rojas el autor intelectual de tal masacre… Y viene a colación, porque en la edición 55 que terminó el miércoles, Efrén Santos, a quien llaman el «Pistolero poblano», quedo como subcampeón, atrás del tico Daniel Bonilla… La justa constó de 11 etapas en 10 días, con 1,347 kilómetros recorridos y el equipo potosino fue comandado por Juan José Monsiváis…