Es Noticia Hoy y Agencias
Desde 2015, el
Gobierno federal fue advertido por empresas especializadas sobre la dificultad
de vender el avión presidencial Boeing 787.
«Recomercializar y vender con
éxito un Bizliner (jets ejecutivos de fuselaje ancho que han sido configurados
para uso privado en lugar de comercial) puede ser particularmente difícil.
«En general, se necesitarían 12 meses como mínimo. Cualquier elemento de urgencia con toda probabilidad afectará significativamente el precio de venta», notificó a Banobras la firma Ascend Flightglobal Consultancy.
Antes de la llegada del avión presidencial a México, el cual ya había sido pagado a Boeing, el entonces presidente Enrique Peña Nieto pidió una opinión especializada sobre la venta de éste, ante las críticas de Andrés Manuel López Obrador y sus aliados en ese momento.
El Banco Nacional contrató a Ascend, empresa con sede en Londres, y recomendó que era mejor quedarse con la aeronave, pues, de lo contrario el Gobierno federal tendría pérdidas.
El Boeing, advirtió, tenía puntos en contra: su configuración interior y sus características, pues es de los primeros en su línea de producción y fue usado para vuelos de prueba.
«Esto se traduce en que tiene un mercado más limitado, ya que muchas aerolíneas con Boeing 787 no estarían interesadas en incluir este ejemplar atípico a sus flotillas.
«Hay más posibilidades de vender a un operador de una sola aeronave, pero éste sería un mercado extremadamente limitado», indicó.