La generación de 12 mil empleos y la inversión de 4 mil 610 millones de dólares en proyectos de energías renovables se tambalean en Yucatán tras el acuerdo de la Secretaría de Energía que privilegia el combustóleo.
Juan Carlos Vega Milke, subsecretario de Energía de Yucatán, explicó que en una carta dirigida a instancias federales–la cual se revelará mañana– pedirán certeza jurídica sobre lo publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 15 de mayo.
«Vamos a ir a las instancias federales a que nos aclaren a qué se refieren con todo ésto, la política dice qué quieren hacer, pero no dicen cómo, no dicen a cuánto te pueden limitar tu generación, al 5, al 10, al 20 por ciento, no lo dicen», dijo.
Además, criticó que el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), la Comisión Reguladora de Energía y, ahora, hasta la Comisión Federal de Electricidad (CFE) están facultadas para decidir en qué zonas ya hay mucha energía renovable.
«Estarían discriminando nuevos proyectos, necesitamos que nos aclaren eso», dijo, «CFE es un generador, y si él va a opinar que no puede haber otros más de su tipo, puede haber conflicto de interés».
Tras permisos federales y municipales, la entidad ya contaba con 24 proyectos de generación de energías limpias: cuatro de ellos operando; otro más, de energía eólica en pruebas preoperativas, y otros 19 en sus etapas de desarrollo, enlistó el funcionario.
Lo anterior iba a generar 2 mil 547 millones de dólares, y otros 9 proyectos en proceso de estudio, en trámites y sin permisos otros 2 mil 062 millones de dólares más.
Sin embargo, además de la pérdida millonaria y de la posibilidad de lograr 3 mil 300 megawatts de capacidad instalada, la Administración estatal debe lidiar con la incertidumbre que causó la orden federal a desarrolladores e inversionistas.
«No ha habido un día que no me llame un desarrollador para preguntarme qué se está haciendo, cómo van a ser perjudicados, esto denota el nerviosismo de ellos y sus inversionistas», añadió vía telefónica.
A ello se le suma que Yucatán depende de este tipo de energías, así como de la cotidiana que proviene de la línea de Campeche, para dotar del servicio a la ciudadanía.
«Somos deficitarios en energía, dependemos mucho de las líneas de enlace que fallaron el año pasado, por supuesto que necesitamos la energía que generamos aquí, que mejor las que hace un parque que esté en Yucatán, porque todas las líneas de transmisión a distancia genera pérdida».
Explicó que la Secretaría de Energía ahora prioriza la confiabilidad sobre el despacho eficiente y económico de la energía, política que sustituye las energías renovables por las que utilizan el combustóleo.
«Los desarrolladores tenían contemplado que iban a generar todo el tiempo, y bajo esta nueva política les podrían limitar su generación argumentando mayor confiabilidad, porque como tienen que sustituir la energía de renovables, lo harían con plantas antiguas», argumentó.
«Ya solo las plantas antiguas queman combustóleo, con eficiencia del 35 por ciento exagerado, es decir, de toda la energía que la planta consume con el combustóleo, solo genera el 35 por ciento, el resto se va en calor».
Como Yucatán, también este mismo jueves se pronunciaron en contra de esta nueva directriz energética los Gobiernos de Coahuila y Tamaulipas.