Las sopas instantáneas sacan de un apuro respecto al hambre, pero pueden provocar accidentes cerebrovasculares, hipertensión, infartos y diabetes, por los altos niveles de sodio y grasas saturadas que contienen.
Hace casi una década que llegó a México la marca Maruchan, esa nueva forma de consumir un alimento, a la que sólo bastaba agregarle agua y se convertía en sopa. Ese fue el inicio de una industria que vende a los mexicanos 514 millones de vasos al año, según información publicada por el periódico Reforma.
En el 2003, México consumía uno de cada diez vasos de sopas instantáneas que se producían en el mundo. Un año después, los mexicanos consumían cuatro millones de Maruchan al día, lo que representaba 15 por ciento de la producción mundial de esta marca, que es, sin duda, la más conocida, según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El principal problema de este tipo de sopas se centra en la espectacular cantidad de sodio la cual representa el 50 por ciento del total del sodio recomendado para todo el día, que es de 2.4 gramos para la población adulta saludable.
Las sopas instantáneas al ser productos elaborados en su totalidad con harinas y saborizantes artificiales, y que no contienen fibra, representan también un riesgo de salud intestinal.
En una encuesta realizada en la Ciudad de México a 300 personas (150 hombres y 150 mujeres), los entrevistados revelaron que la marca preferida es Maruchan, con 92 por ciento de las preferencias, seguida muy de lejos por las marcas Nissi con 4.8 por ciento y Knax con un 2.4 por ciento. Además la mayoría de los consumidores de este producto son mujeres.