- Un grupo de jóvenes creadoras transforma el espacio público mediante intervenciones urbanas para reconectarse con la sociedad
Hace aproximadamente seis años, entre estambres, ganchos y agujas se fue tejiendo un mismo camino que unió a cinco chicas con muchas ganas de compartir su pasión por el tejido.
Imagina que en tu recorrido hacia la escuela o a la chamba te encuentras con paredes, escaleras, árboles, esculturas, postes o inmobiliario cubierto por estambre. Con esa idea surgió Lana desastre, un colectivo que con mantas llenas de formas y colores confluye con la sociedad para vestir la cotidianidad del país.
Lo que empezó como un proyecto de difusión del tejido logró convertirse en “craftivismo”, es decir la fusión de algo hecho a mano o artesanal con acciones artísticas que contribuyen a una causa político-social.
La también periodista y escritora indicó que sus reuniones pueden servir como un foro para hablar de la violencia, los miedos, los retos y la importancia de la solidaridad entre mujeres en el contexto patriarcal.
“Nos gustaría que este ejercicio ayudará a mujeres víctimas de violencia. Que en distintos foros y lugares se tejieran las propias mantas, como ecos, los cuales pueden ser colocados en espacios públicos y crecer por la colaboración de la comunidad”.
Una de las primeras intervenciones del colectivo fue en la línea rosa del metro de la CDMX. Participaron en la edición 45 del Festival Internacional Cervantino y en el primer Festival de las Plantas y las Flores de Chapultepec.