Opinión invitada: Lorena Leyto.
En Oaxaca, la labor de organización y gestión que realiza el Movimiento Antorchista ha tenido la clara finalidad de contribuir al desarrollo de las familias y comunidades pobres y marginadas. En ese sentido, desde diciembre de 2018, miembros del Comité Estatal del Movimiento Antorchista en pleno y una comisión de antorchistas acudimos a la Secretaría General de Gobierno; para plantear una serie de demandas consistentes en solución a los conflictos políticos que atraviesan los habitantes de
Santiago Juxtlahuaca e integrantes del Sindicato Independiente de Trabajadores del Sector Salud en Oaxaca (SITSS), pago de salario a maestros de la preparatoria general “Lázaro Cárdenas del Río” y construcción de obras sociales, sin embargo, pese a que la SEGEGO se comprometió a resolver dichos problemas, la realidad es que hasta la fecha, ni siquiera se quiere atender a la comisión presionadora designada por el antorchismo oaxaqueño. Ante esta situación grave y preocupante, los miles de oaxaqueños afiliados al Movimiento Antorchista han decido dar una lucha social justa y necesaria, participando en un primer momento, en la marcha de 8 mil almas en la capital del estado, el día 26 de marzo.
Y es que a pesar del nulo avance de los acuerdos, durante los meses pasados nos abstuvimos de acudir masivamente al Palacio de Gobierno en justo reclamo de cumplimiento a la palabra empeñada; en aras de contribuir a la estabilidad social y no dar lugar a que se intentara, posteriormente, responsabilizar a nuestra organización de ser parte del “caos” en el estado. Hoy, superados esos escenarios pacíficos, insistimos de nuevo para que a la brevedad se nos reciba, se acuerde la solución de nuestras demandas y se cumplan los compromisos pendientes pues, es momento de que el Gobierno Estatal muestre que, efectivamente, está abierto al diálogo con todos los partidos políticos y organizaciones sociales, como recientemente declaró en Guelatao el representante del gobierno estatal, pero además para que así se dé veracidad de que en Oaxaca se gobierna con interés y se pretende “acabar con la brecha entre ricos y pobres”.
Además de lo anterior, hay oportunidades muy evidentes para manifestarlo; por ejemplo, intervenir de manera decidida para que se resuelvan las demandas de obras sociales que han planteado los antorchistas oaxaqueños, y que sin embargo, llevan meses sin ser escuchados, atendidos y siendo objetos de burla; de igual manera en los casos de los habitantes de Santiago Juxtlahuaca y el Sindicato Independiente de Trabajadores del Sector Salud (SITSS), en donde, en el primer caso, los habitantes viven en la zozobra porque han sido amenazados de muerte por gente de Nicolás Ferias Romero Presidente Municipal de Santiago Juxtlahuaca, y en el segundo, se les entregue la toma de nota a los trabajadores que tienen el respaldo mayoritario de sus compañeros.
Probablemente, después de la marcha del 26 de marzo, la respuesta sea la misma que hemos recibido en varias ocasiones, pero si esto ocurre, desde ahora decimos que nuestras próximas protestas serán con todo derecho apegada a nuestras garantías constitucionales y, que quienes integramos el antorchismo oaxaqueño seguiremos haciendo uso de la ley y la razón para exigir respeto y solución a nuestras justas demandas, pues estamos convencidos que la única fuerza realmente capaz de defender a toda costa los intereses de los humildes, de los campesinos, de los colonos y del pueblo en general, es justamente, el mismo pueblo organizado.
La finalidad del antorchismo es defender los derechos de miles de familias oaxaqueñas, pues la pobreza, miseria, el hambre y falta de infraestructura en las localidades son la realidad con la que lamentablemente se vive en Oaxaca. Por lo anterior, y en pleno uso de nuestros derechos constitucionales, nuestra lucha continuará hasta que todas nuestras demandas sean resueltas.