Entre todos los riesgos que representa la actividad volcánica, en el caso de México del volcán Popocatépetl, la caída de cenizas es uno real y de enorme alcance, pues puede afectar a la mayoría de las personas debido a la amplitud del área que puede ser cubierta con las partículas, mismas que no solo pueden afectar la función pulmonar sino también comprometer la respuesta inmunológica.
Lo anterior es parte un trabajo de investigación presentado por Mauricio Rangel González, alumno de 8º Semestre de la carrera de Químico Farmacéutico Biotecnólogo de la Universidad del Valle de México Campus Chapultepec, denominado Efecto citotóxico de la exposición a ceniza volcánica en macrófagos murinos de la línea celular J774A.1, que fue presentado durante el 5to. Encuentro Nacional de Nutrición y QFBT efectuado en Campus Puebla de UVM.
Mauricio evaluó la citotoxicidad que la ceniza volcánica del Popocatépetl provoca y encontró que los polvos finos de “Don Goyo” pueden afectar a las células murinas J774A.1. Es importante mencionar que, si bien este estudio se enfoca en el Popo, el tema es de gran relevancia pues 9% de la población mundial (455 millones de personas) vive a 100 km de un volcán activo.
En su disertación, Mauricio comentó que la ceniza volcánica es un material atmosférico que implica un riesgo en la salud respiratoria en los seres humanos ya que, por su tamaño, podría dañar el epitelio respiratorio. Los macrófagos tienen actividad fagocítica, que es un mecanismo de defensa inmunológico celular innato, explicó.
“Los macrófagos son células del sistema inmunitario cuyo papel en la lucha frente a las candidiasis (infección por hongo) sistémicas es fundamental. Por un lado, actúan como células fagocíticas (estas células captan microorganismos considerados como desechos y los introducen en su interior para eliminarlos) y por otro, secretan citoquinas (proteínas que regulan la función de las células) que son capaces de activar a otras células para dirigir la respuesta inmunitaria”, señaló.
“Como sabemos, en la ciudad de México y las entidades cercanas, estamos expuestos a lo que el Popo genera, que son las cenizas volcánicas a partir de los penachos o fumarolas y, a la concentración de esta ceniza ya sea durante días, semanas, meses o años”, mencionó.
La hipótesis del trabajo de Mauricio es que, si se expone a las células a distintas concentraciones de ceniza volcánica, conforme aumenten las concentraciones la viabilidad celular va a disminuir. “Eso quiere decir que las células van a morir o bien, pueden generar algún tipo de resistencia”, comentó.
La conclusión de Mauricio Rangel, es que la ceniza volcánica del Popocatépetl tiene la capacidad de reducir la viabilidad celular de los macrófagos murinos, lo que sugiere una pérdida en la defensa ante microorganismos y antígenos que lleguen al pulmón ante una exposición aguda. “Como sabemos, durante los días en que la Ciudad de México estuvo en contingencia ambiental, el Popocatépetl presentó fumarolas y explosiones, de ahí el interés por hacer este tipo de investigaciones, porque es importante saber cómo está actuando nuestro cuerpo, cómo se puede defender y cómo puede tolerar la exposición a este tipo de contaminantes”, manifestó.
El estudiante de QFBT, quien fue asesorado por el Dr. Octavio Gamaliel Aztatzi Aguilar, Jefe del Departamento de Investigación en Inmunología y Medicina Ambiental en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, concluyó diciendo que estas investigaciones pueden ayudar a que, “se genere el interés por encontrar algún fármaco que pueda ser citoprotector para las células y en este caso pueda prevenir algunas enfermedades, ya sea respiratorias, cardiovasculares”.