El melanoma es un tipo de cáncer que se desarrolla en las células que producen melanina (melanocitos), el pigmento que da color a la piel. Se puede formar en cualquier parte de la piel, pero es más propenso a comenzar en el pecho y espalda de los hombres y en las piernas de las mujeres.
¿Qué debo hacer para reducir el riesgo?
Existen medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de padecer melanoma y otros cánceres de piel.
La forma más importante es protegerse de la exposición a los rayos UV. Algunas personas piensan que la protección solar debe ser cuando pasan un día en el lago, la playa o la piscina. Sin embargo, la exposición solar se acumula día a día, y ocurre cada vez que hay exposición al sol.
Mantenerse en la sombra: es una de las mejores maneras de limitar la exposición a la radiación ultravioleta, sobre todo en un horario entre las 10:00 am y 4:00 pm.
Al estar al aire libre: vestir con prendas que cubran la mayor parte de la piel, así como optar por telas con tejidos tupidos.
Aplicarse bloqueador contra rayos UVA y UVB: debe contener FPS (factor de protector solar) mayor a 30, y deber se reaplicado por lo menos cada 2 horas.
Utilizar gorra o sombrero: asegurarse que cubra el rostro, orejas y cuero cabelludo.
Evitar las camas bronceadoras y lámparas de sol.
El melanoma se puede diagnosticar en sus inicios a través del autoexamen de la piel, por lo que es importante familiarizarse con ella para detectar cualquier nuevo lunar o cambios en los existentes.
Existe la regla del ABCDE del melanoma, que ayuda a las personas a detectar cambios en forma temprana de los lunares como: la asimetría, los bordes, el color, el diámetro y su evolución.
Además, los exámenes de rutina con un dermatólogo son importantes para llevar un control de los lunares y manchas en la piel, así como detectar aquellas nuevas marcas que puedan aparecer en el cuerpo.