El sol es un
elemento que asociamos directamente con verano, playa y vacaciones, razón por
la cual tenemos la creencia de que la protección de la piel únicamente se debe
hacer durante esta época del año o cuando se está fuera de la ciudad.
Aunque la intensidad de los rayos del sol baja durante el otoño e invierno, el
hecho de vivir en una zona a gran altitud, como es el caso de la Ciudad de
México (2,250 metros sobre el nivel del mar), nos mantiene con el riesgo de
tener daño en la piel causado por los rayos Ultravioleta (UV), el principal
factor de riesgo para la mayoría de los cánceres de piel, como el melanoma.
Las personas pierden de vista la importancia de mantenerse protegidas del sol
los 365 días del año. Incluso en los días nublados, los rayos UV llegan a
dañarnos, debido a que no todas las formaciones nubosas bloquean este tipo de
rayos.
El grado de exposición a la luz ultravioleta que una persona recibe depende de
la intensidad de los rayos, del tiempo que la piel ha estado expuesta y si ésta
ha estado protegida con ropa o bloqueador solar.
El daño solar en la piel de una persona es acumulativo, de modo que, cuando hay
daño, éste deja una especie de “huella” que se agrega a aquel que se genera con
una nueva exposición a los rayos UV. Es por esto qué tomar algunas medidas para
reducir este impacto pueden proveer un gran cambio en el cuidado de nuestro
mayor órgano, la piel.
¿Qué acciones diarias podemos realizar
para proteger nuestra piel del sol?
Hacer del cuidado de la piel un hábito
Ya sea que salgas por un café durante el fin de semana, o vayas al trabajo todos los días, mantenerse protegido del sol debe volverse parte de la rutina.
Usar bloqueador solar diario
Actualmente existen diversos productos que nos facilitan este proceso, como cremas o cosméticos que contienen factor de protección solar (SPF, por sus siglas en inglés). Incluso existen bloqueadores que hacen menos tedioso este proceso al presentarse en formatos como brumas o polvos que facilitan la reaplicación cada 2 horas.
Protegerse con ropa o gorras
De este modo se previene el envejecimiento prematuro, resequedad o quemaduras, ya que no se expone directamente la piel a los rayos UV.
No exponerse al sol al medio día
La luz solar es más
fuerte entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, por lo que es importante
no exponerse al sol en estos horarios, y si no es posible, usar bloqueador
solar y proteger nuestra piel con ropa o gorras para evitar que se queme.
Los cánceres de piel como el melanoma,
se pueden diagnosticar en sus inicios a través del autoexamen de la piel, por
lo que debemos examinarnos ante el espejo para conocerla, y así identificar
cualquier situación anormal que nos permita acudir con un experto de manera
oportuna. Es importante saber que el melanoma no solo aparece en áreas con
exposición continua al sol, si no también en las que no lo están, por lo que el
autoexamen debe incluir las manos y los pies, incluyendo uñas, palmas y
plantas.
La protección solar, además de mantener nuestra piel joven y sana, es una
importante medida de prevención contra enfermedades. Quienes se exponen
demasiado a los rayos UV tienen un mayor riesgo de padecer melanoma, el tipo de
cáncer de piel más agresivo que se desarrolla en las células que producen la
melanina.