Gloria Brito Nájera
| Quienes están cerca del presidente morenista en sus mañaneras, afirman que se enoja y, con el rostro desencajado, reclama que “ningún presidente de la república ha sido tan atacado como él”. A cualquier otro Jefe de Estado que verdaderamente, de forma honesta, le interese el bien de su país, le debería inquietar que sus gobernados lo vean así, pero no es el caso del presidente de México. Por eso tenemos que preguntarnos ¿por qué pretende pasar como víctima, en lugar de reconocer su responsabilidad y resolver los muchos y graves problemas del país? Los problemas siguen creciendo aceleradamente y López Obrador sólo se dedica a echarles la culpa a las administraciones pasadas, a todos los demás, antes que asumir su compromiso. ¿Entonces para que buscó la presidencia?, ¿sólo para tener y servirse del poder? Y no acepta ninguna responsabilidad, ni da resultados.
Son muchos los errores que ha cometido y está dejando al país en ruinas. Larga es la lista de problemas que se han multiplicado con el Gobierno morenista, pero fundamentalmente, por la estridente caída de la economía, hay más pobreza y miseria, aunque López Obrador diga lo contrario. La pandemia por covid-19 ha cobrado muchas vidas, se calculan más de 200 mil muertes, por criminal negligencia, por no haber detenido al coronavirus a tiempo como lo hicieron otros países que protegieron a sus compatriotas.
López Obrador llevará sobre su conciencia miles y miles de muertes por la pandemia, por la violencia, que ha aumentado más que nunca y por los feminicidios, aunque diga lo contrario, “que ya controlamos la pandemia…”, “que las mujeres están más protegidas que nunca…” sólo alguien que quiere conservar el poder a costa de lo que sea, puede mentir como miente el presidente. Pero no es todo, ahora va sobre los fideicomisos, Morena es un barril sin fondo, no hay dinero que les alcance, y los problemas se están multiplicando más que nunca. Por eso los que afirman que “AMLO y Morena son los idóneos para destruir a nuestro país”, están en lo cierto.
Para conservar el poder, se cobijan bajo la bandera del “Combate a la corrupción” pero ¿Cuál lucha anticorrupción? La lista de los corruptos en Morena no es corta: Manuel Bartlett y su hijo; Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, su esposo John M. Ackermann, y su hermano, Pablo Amílcar Sandoval delegado del Gobierno federal en el estado de Guerrero, familia que tiene afición para la acumulación de propiedades; Rocío Nahle, secretaria de Energía, quién ha otorgado contratos millonarios sin licitación a familiares y amigos; Barbosa, gobernador de Puebla, señalado en la lista de Lozoya; Pío López Obrador, hermano del presidente, famosísimo por los videos muy difundidos recibiendo sobres amarillos llenos de billetes, juntando ilegalmente millones de pesos para la campaña del presidente; David León, individuo oscuro y con larga historia de corrupción, quién fue catapultado a los grandes puestos del Gobierno morenista por el propio presidente; existen otros casos que se conocen y otros que quizá nunca se conocerán.
Últimamente se supo del caso de Jessica Moreno Torres, cuñada del presidente, quien está casada con Arturo López Obrador. La señora Moreno Torres, fue Oficial Mayor en la SEP en el estado de Veracruz y actualmente está denunciada por un desvío de recursos por aproximadamente 80 millones de pesos.
El último caso que descalzonó a Morena, fueron las denuncias de Jaime Cárdenas, exdirector del INDEP (Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado), por el robo y el saqueo, por más de mil millones de pesos, que se hizo al instituto por funcionarios de primer nivel del círculo cercano al presidente; se habla incluso de la desaparición de un auto de lujo de más de cinco millones de pesos (Lamborghini) por órdenes de Santiago Nieto, director de la UIF (Unidad de Inteligencia Financiera) quién ha condenado sin pruebas a más de uno, entre ellos a varios líderes antorchistas. De ser verdad, para los que tienen el poder (Morena) es fácil borrar de la lista negra a sus partidarios, como Barbosa; perdonar a los Bartlett, no investigar a los Sandoval, y cosas por el estilo.
No hay lucha verdadera contra la corrupción. Obrador engaña a la población entera de México con su falsa bandera. Lo que hay en su lugar es una despiadada persecución desde el inicio de su administración contra todos los que considera sus “enemigos” y críticos. Apenas estos días reclamó airado en sus mañaneras, y exigió obediencia ciega a sus designios o en caso contrario la amenaza del linchamiento público a quien se atreva a salir de su redil o difiera de alguna manera con sus órdenes.
La amenaza va para todos, pueblo, intelectuales, periodistas, científicos, empresarios, organizaciones sociales o funcionarios de su propio Gobierno. Sus amenazas las cumple puntualmente con acusaciones de “corruptos”, y después, congelamiento de cuentas, persecución y cárcel. Entre ellos están principalmente los dirigentes del Movimiento Antorchista Nacional en Puebla y el congelamiento de las cuentas de negocios legales con que nuestra organización sostiene a sus activistas, la lucha y sus actividades, entre ellas culturales y deportivas, de todo el país.