El Kremlin ha afirmado este miércoles que la decisión de Estados Unidos de enviar a Ucrania lanzacohetes múltiple autopropulsado y blindados (MLRS) supone “echar leña al fuego” de la guerra desencadenada el 24 de febrero por orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
“Creemos que Estados Unidos está echando leña al fuego de forma deliberada. Estados Unidos se ciñe al argumento de combatir a Rusia hasta el último ucraniano”, ha manifestado el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, según ha informado la agencia rusa de noticias Interfax.
Así, ha manifestado que “estas entregas no ayudan a despertar entre las autoridades ucranianas el deseo de retomar las conversaciones de paz”, al tiempo que ha añadido que Moscú “no confía” en las palabras del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sobre la negativa de Kiev a usar este tipo de armamento para atacar territorio ruso.
“Para confiar hay que tener la experiencia previa de casos en los que se mantuvieron las promesas. Por desgracia, no hay experiencia alguna de este tipo”, ha recalcado Peskov, quien ha recordado que “los Acuerdos de Minsk no se cumplieron y cayeron en el olvido a causa de Ucrania”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había afirmado horas antes a través de un artículo en el diario ‘The New York Times’ que Washington enviará estos MLRS a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa y golpear “objetivos clave”.
El mandatario estadounidense no ha precisado que tipo de sistemas son los que enviarán a Ucrania, pero un alto funcionario de la Casa Blanca ha aclarado que se trata de los sistemas HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System, por sus siglas en inglés), que son múltiples lanzacohetes montados en vehículos blindados ligeros.