Desde los tiempos de la Guerra Fría, los medios y propaganda occidental se ha encargado de dejar a Rusia (a la URSS, en su momento), como una nación que tiene el dedo puesto sobre el botón rojo, listo para desplegar todo su arsenal nuclear sobre el “mundo libre”, que es heroicamente defendido por Estados Unidos. Hoy, esa narrativa sigue vigente, principalmente respaldada por el conflicto en Ucrania, donde se han encargado de posicionar al presidente ruso, Vladimir Putin, como un supervillano al mejor estilo de James Bond, sin embargo, pocas veces la opinión pública se pone a indagar si estas acusaciones y prejuicios contra Rusia son ciertas o no, dejando de lado el verdadero peligro que acecha a la humanidad.
La discusión se vio reavivada este 17 de junio, cuando Putin, durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo hizo alusión a la defensa de la soberanía de su patria, que, de ser necesario tendría que hacer uso de estas: “no somos una amenaza, pero todos deben saber lo que nosotros tenemos y lo que usaremos si es necesario para la defensa de nuestra soberanía”. Ante esto, se inició un juicio mediático, acusando -como siempre-, a Putin y Rusia, sin embargo, nadie se pregunta ¿de qué tendría que defenderse Rusia? ¿Será acaso de las mil 744 ojivas colocadas en misiles o situadas en bases con fuerzas operativas de Estados Unidos?
Aunque se dice -según fuentes del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri)- que Rusia cuenta con una mayor fuerza nuclear, se estima que cerca del 75 por ciento de esta, se encuentra almacenada, por lo que requeriría una mayor preparación y tiempo de espera para que estén listas para ser desplegadas, lo que reduce su número a mil 588 -menor que EE.UU.-, sin embargo, considerando a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se sumarían otras 292 (de Reino Unido y Francia), es decir, dos mil 36 ojivas armadas, en poder de la OTAN. Todo esto, según datos oficiales, que, muchos dicen, solo representaría una pequeña parte de la cantidad real.
Según el Sipri, en la próxima década se prevé un alarmante aumento de armamento nuclear, esto, a pesar de la implementación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) en enero de 2021: “Los miembros permanentes (P5) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con armamento nuclear trabajaron en una declaración conjunta que emitieron el 3 de enero de 2022, en la que afirmaban que ‘la guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse’. También reafirmaron su compromiso de cumplir con los acuerdos y compromisos de no proliferación… A pesar de ello, todos los miembros del P5 siguen ampliando y modernizando sus arsenales nucleares y parecen estar elevando la importancia de las armas nucleares en sus estrategias militares” (Stockholm International Peace Research Institute 13 de junio de 2022). El estudio finaliza advirtiendo que el riesgo de que se utilicen armas nucleares parece más alto ahora que en cualquier otro momento desde el punto álgido de la guerra fría.
Para solucionar esta situación, únicamente Rusia ha declarado públicamente su interés por regular este tipo de armas: “La ausencia de contactos entre EE.UU. y Rusia sobre cuestiones de estabilidad estratégica tras la ya próxima expiración del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, también conocido como START III, no beneficiará a Washington, por lo que Moscú invita a comenzar a discutir el tema ahora, declaró el viernes a RIA Novosti el embajador de Rusia en el país norteamericano, Anatoly Antónov” (RT.com, 11 de junio de 2022). Esto, mientras Estados Unidos permite el crecimiento de armamento nuclear en Israel o Australia: “El discurso que anunció la creación de la nueva alianza bélica AUKUS está plagado de mentiras. Los submarinos que Estados Unidos venderá a Australia están concebidos para portar armas nucleares. Al negar ese hecho, Australia trata de ocultar que AUKUS prepara una guerra nuclear en la zona Indo-Pacífico” (Manlio Dinucci, voltairenet.org, 27 de septiembre de 2021”. Además, de, al mismo tiempo, incrementar su propio armamento nuclear con la construcción de submarinos que en los próximos años se espera, albergarán el 70 por ciento de toda su potencial nuclear, es decir, estarán armados para atacar en cualquier momento, “el ambicioso proyecto de nuevos portadores de 70% de la fuerza de disuasión nuclear (la tríada nuclear norteamericana está compuesta de bombarderos estratégicos, misiles intercontinentales en silos y submarinos estratégicos) comprende 12 sumergibles que reemplazarán, entre el 2030 y el 2040, a los 14 submarinos de la clase Ohio existentes, y tendrán la vida útil de 60 años” (RT.com, 11 de junio de 2022). ¿Qué hacen mientras los otros miembros de la OTAN?
Radoslaw Tomasz Sikorski, exministro de Exteriores y también de Defensa de Polonia y ahora diputado de la Unión Europea dijo recientemente, que lo que tendría que hacer occidente, es darle armas nucleares a Ucrania, para que esta las use contra Rusia. Esta no es la primera vez que se menciona esta propuesta, ya que el mismo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich desde febrero de 2022 -antes de iniciado el conflicto-, declaró que Kiev «tenía todo el derecho» de usarlas, usando como pretexto el poder que este país tenía en las épocas de la extinta URSS. Aunque, “oficialmente” esta petición de Zelenski no se ha cumplido, el gobierno de Putin y distintos periodistas de renombre, ya ha denunciado en distintas ocasiones la existencia de esta clase de armas y de otro tipo, como biológicas, en territorio ucraniano, a pocos minutos de territorio ruso: “Según el periodista Laurence Norman, del Wall Street Journal, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, dijo en el Foro de Davos que en la central nuclear ucraniana de Zaporijia hay almacenadas 30 toneladas de plutonio y 40 toneladas de uranio enriquecido… Posteriormente, el 21 de febrero, el presidente ruso Vladimir Putin mencionó la existencia de un programa nuclear ucraniano con fines militares y declaró al respecto que «lo único que falta (en Ucrania) es un sistema de enriquecimiento de urania. Pero eso es sólo una cuestión técnica y no es insoluble para Ucrania.»” (voltairenet.org, 26 de mayo de 2022).
A pesar de que las declaraciones de Putin pueden levantar algunas cejas, es claro que su intención no es amenazar a Occidente, más bien, advertir que, tanto él como el pueblo ruso, defenderán a su patria ante cualquier amago por parte de la OTAN y EE.UU., que están armados hasta los dientes -violando acuerdos internacionales creados por ellos mismos-, sin embargo, saben también que un conflicto que involucre armas nucleares, no le conviene a nadie en el mundo, por lo que no serán los que den el primer golpe. El verdadero demente con el dedo en el botón es Estados Unidos, que en su ímpetu por hacerse con el mundo entero, está a unos minutos de destruirlo.