- El héroe maldito
“Matasanos” es una expresión coloquial que usamos para llamar a un médico que hace mal su trabajo y complica la salud de sus pacientes hasta llevarlos a la tumba, tal expresión le encaja como anillo al dedo al subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, también llamado por analistas y muchos inconformes con su trabajo como el “Dr. Muerte”, quien se ganó a pulso el apodo antes mencionado al acumular hasta ahora 300 mil muertes y siete millones de contagios de COVID-19 como consecuencia de su desastrosa gestión de la pandemia en México. El subsecretario Gatell fue presentado con bombo y tarola como una promesa de salvación y confianza en medio de una naciente amenaza sanitaria global. Al menos ese héroe intentó vender la 4T, pero mientras en todos los países del mundo se calificaba al coronavirus como una amenaza de alto calibre (algo totalmente real), todos fuimos testigos de cómo Gatell solo se encargó de subestimar las alertas internacionales; el zar de la pandemia desestimó por completo su encargo al comparar al coronavirus con una “gripita”, recomendando que todos salieran, se besaran y abrazaran, invalidando el uso del cubrebocas y las pruebas de contagio, además de presumir que la pandemia había sido domada en más de una ocasión. La arrogancia del “héroe de la 4T” nos costó miles de vidas, según información del INEGI, un “exceso de muertes cercano a las 758 mil víctimas”.
Por si fuera poco, el subsecretario López-Gatell, cuenta en su historial personal con más de una negligencia que debieron costarle el puesto: no olvidemos que en plena segunda ola de contagios y en uno de los momentos con más muertes en el mundo (y en México), Gatell se paseaba por las playas de Oaxaca sin ninguna precaución; también en marzo de 2021, la polémica le volvió a tocar la puerta al epidemiólogo, pues aún al reportarse como contagiado por el virus, este fue captado paseando en las calles de La Condesa sin ninguna preocupación.
Por si fuera poco, tal y como lo dicta la agresiva línea política del presidente, Gatell no ha tenido ningún tacto o sensibilidad al referirse a personajes que simple y sencillamente le han demandado al gobierno que prometió un sistema de salud como el de Noruega, que cumpla con su trabajo, un caso, y creo que el más sonado, es el de los familiares de niños con cáncer que desde hace más de dos años no han parado de exigir a las autoridades correspondientes que la dotación de medicamentos oncológicos se realice sin ningún contratiempo y con la pertinencia que requiere el delicado problema. ¿Cuál fue la respuesta del funcionario a la demanda de los medicamentos oncológicos? Llamar a los inconformes “presuntos padres de familia”. ¿Pero cuál es la triste y dolorosa realidad? Según la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), con datos publicados en septiembre de 2020, en nueve meses, 1.602 niños fallecieron a causa de cáncer, la cifra anterior ya corresponde con el sexenio de la 4T, y se dio como resultado del desabasto de medicinas provocado por el presidente de la Republica y su supuesto “combate al monopolio de las farmacéuticas”. El subsecretario de salud se ha sentado sobre los muertos que se han callado en tres años… y ni un poco de recato ha demostrado al respecto.
- Una pregunta mortal
Moreau representó en su óleo “Edipo y la Esfinge”, el momento de la tragedia de Sófocles en que la criatura con cuerpo de león, alas de ave, busto y cara de mujer, reta al héroe condenado, Edipo, a descifrar su famoso acertijo, una pregunta que por tanto tiempo había costado la vida de los jóvenes de Tebas, pues esta aterradora criatura deforme exigía la asistencia de un joven para que respondiera su pregunta.
Uso la figura de la Esfinge y Edipo solo como un referente, nada que ver con una calca de la realidad o algo por el estilo. Esta semana, el Dr. Hugo López-Gatell, aquella promesa heróica de la 4T que tan honda desgracia ha provocado en nuestro país, decidió echarse al costal de enemigos a uno más, aunque sea de palabra, este enemigo son los consultorios particulares afiliados a establecimientos farmacéuticos.
“Los consultorios adyacentes a una farmacia no resuelven problemas de salud de mayor importancia, quizá resuelven una pequeña gripe, un dolor de cabeza, una diarrea, un problema de salud muy de corta duración que afecta a población principalmente sana, pero alguien que tiene diabetes o hipertensión o una enfermedad pulmonar o una enfermedad cardiaca crónica, como padece gran cantidad de la población mexicana, estos consultorios no le van a resolver o incluso podrían poner en peligro su salud y su vida, y esto es muy importante tenerlo presente”, dijo el funcionario en la conferencia de prensa matutina del presidente López Obrador.
La pregunta obligada es:
¿quiénes son los que están matando a los mexicanos cuando estos van en dos pies a una consulta, cuando van en tres a una cita de urgencias y a los que van en cuatro al suplicar que surtan los fármacos más urgentes?
Aclaro de una vez, que esto no es una defensa a las farmacias privadas y sus consultorios, sino un intento por tratar de razonar el problema de fondo. El negocio de las farmacias, tal cual, como la esfinge, es un monstruo sin forma, que no nació en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, sino que es fruto del desmembramiento del sistema de salud público, obra de los “gobiernos neoliberales” (como les dicen AMLO y Gatell) que “tanto daño hicieron en el pasado”, algo innegable, pero que no ha cambiado hasta ahora tras más de la mitad de un sexenio fallido. La 4T, que tanto anunció un sistema de salud a la altura de los países nórdicos, hoy no es capaz ni de surtir paracetamol a un pueblo de la sierra porque desmanteló el sistema de distribución, no es capaz de vacunar a un país porque desmanteló el sistema de vacunación (uno de los pocos méritos que dejaron los gobiernos anteriores), no es capaz de dar consultas a la gran mayoría de la población porque desapareció el seguro popular (un sistema francamente insuficiente) para instalar su famoso e inservible INSABI (¡ALGO MUCHÍSIMO PEOR!), no es capaz de dar la cara por todos sus errores y fracasos, porque todo tiene que ver con los “intereses creados” de terceros.
Los culpables de que el mexicano de a pie se tenga que arriesgar a ir a una consulta en negocios particulares (que claro, lo que buscan es vender su mercancía, porque son negocios y es su comportamiento natural) es ni más ni menos que el gobierno de la “transformación” que desmanteló todo lo que más o menos funcionaba en el país. Los mexicanos no debemos esperar nada de un negocio de pastillas con una botarga y una bocina en la entrada, a los que debemos exigirle se encuentran en Palacio Nacional, son ellos los que en última instancia autorizan esos “consultorios enemigos” y hoy los señalan como amenaza, son ellos los que cargan con 758 mil muertos, una tragedia peor que con la que lidió Edipo, mil veces se hubiera arrancado los ojos el rey de Tebas al ver todo este horror.