A pesar de todo el respaldo recibido de la OTAN (la alianza militar imperialista encabezada por Estados Unidos), Ucrania está perdiendo la guerra contra Rusia, lo que ha dado paso a una nueva propuesta bélica de la OTAN que, de concretarse, pondrá en peligro a toda la humanidad.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró hace poco que no debe excluirse el envío a Ucrania de tropas de la OTAN y el suministro de misiles y bombas de largo alcance para ganar la guerra que esta alianza militar imperialista sostiene contra Rusia, misma que hasta ahora se había ejecutado mediante soldados ucranianos apoyados por cientos de mercenarios armados y entrenados por la OTAN, pero que ha resultado desastrosa ante la superioridad del ejército ruso, uno de los más experimentados y mejor armados del mundo.
En sintonía con estas agresivas y peligrosas declaraciones, la OTAN inició inéditos ejercicios militares para ensayar un enfrentamiento militar con Rusia. “Los mayores ejercicios militares de la Alianza Atlántica desde la Guerra Fría, ‘Steadfast Defender’, se iniciaron el pasado 31 de enero y se extenderán hasta el próximo mayo. En las maniobras participarán más de 50 buques —desde portaaviones hasta destructores— y más de 80 aeronaves de combate, incluyendo helicópteros y drones. También tomarán parte alrededor de 90,000 soldados de los países miembros de la OTAN”, informó el portal Russia Today, el 7 de marzo 2024. Hay quienes niegan enfáticamente que su país vaya a participar enviando tropas a Ucrania, entre ellos el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente de EE. UU. Joseph Biden (quien enfrenta la posibilidad de una derrota electoral en su país).
El presidente Macron no tuvo que esperar mucho para recibir la respuesta a su ominosa amenaza. El presidente Vladimir Putin no dejó lugar a dudas sobre las consecuencias de una incursión armada de la OTAN en contra de Rusia: “Hablaron de la posibilidad de enviar a Ucrania contingentes militares occidentales (…) Pero las consecuencias de estas intervenciones serían realmente más trágicas», declaró el mandatario ruso en referencia a las declaraciones de Macron. «Tendrían que darse cuenta de que nosotros también tenemos armas capaces de alcanzar objetivos en su territorio. Todo lo que ellos inventan en este momento, además de asustar al mundo, es una amenaza real de un conflicto en el que se usen armas nucleares, lo que significa la destrucción de la civilización» (rfi.fr, 29 de febrero).
De inmediato, la poderosa maquinaria mediática occidental, ocultando como siempre las causas de fondo inmediatas y las generadas décadas atrás que provocaron la operación militar rusa en Ucrania, ha organizado una campaña que pretende hacer creer que el conflicto en Ucrania y su escalamiento a niveles de una catástrofe nuclear que ponga fin a la civilización es responsabilidad del gobierno ruso, particularmente de Vladimir Putin, a quien ahora acusan de estar amenanzando con una guerra nuclear.
Pero la verdad es que, nuevamente, la OTAN está engañando al mundo. La operación para rodear a Rusia con bases militares, que a la postre desencadenó la operación militar especial rusa en Ucrania, para impedir que este país se convirtiera en base de operaciones de una invasión a territorio ruso, se aceleró en los años 90, cuando se aseguró al entonces presidente de la URSS Mijaíl Gorvachov (el sepulturero de la revolución soviética, que en su debacle pasó de ser el respetable presidente del país de los soviets a protagonista de anuncios de pizzas norteamericanas presentadas como prototipo de la libertad occidental), que una vez caído el muro de Berlín y unificada Alemania bajo el capitalismo, no habría ninguna expansión de la OTAN hacia el Este, hacia las fronteras soviéticas, ni se incorporaría ningún país de la Unión Soviética a esa alianza militar.
Una gran cantidad de documentos desclasificados y publicados en 2017 por el Archivo de Seguridad de la Universidad George Washington, demuestra que el acuerdo existió: “Los documentos desclasificados muestran garantías de seguridad contra la expansión de la OTAN a los líderes soviéticos de Baker, Bush, Genscher, Kohl, Gates, Mitterrand, Thatcher, Hurd, Major y Woerner… La famosa garantía del Secretario de Estado James Baker «ni una pulgada hacia el este» sobre la expansión de la OTAN en su reunión con el líder soviético Mijaíl Gorbachov el 9 de febrero de 1990, fue parte de una cascada de garantías sobre la seguridad soviética dadas por los líderes occidentales a Gorbachov y otros funcionarios soviéticos a lo largo del proceso de unificación alemana en 1990 y en 1991, según documentos desclasificados estadounidenses, soviéticos, alemanes, británicos y franceses publicados hoy por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington (http://nsarchive.gwu.edu)”, se puede leer en el documento publicado por la citada universidad norteamericana que contiene informes, memorandos y notas manuscritas de testigos de las reuniones entre Gorvachov y los líderes del imperialismo para acordar que desapareciera Alemania oriental, que estaba bajo influencia de la URSS desde que el Ejército Rojo derrotó a Hitler. “Ahora no falta quien afirma que “no hubo documentos” que reflejaran el compromiso de no ampliar “ni una pulgada” la OTAN hacia el Este, pero la evidencia documental es abrumadora. Los documentos de Estados Unidos desclasificados en 2017 muestran la lista completa de dirigentes occidentales reiteradamente comprometidos con aquel compromiso: el secretario de Estado norteamericano James Baker, el Presidente George Bush, el ministro de exteriores alemán Hans-Dietrich Genscher, el Canciller Helmuth Kohl, el director de la CIA Robert Gates, el Presidente francés François Mitterrand, la primera ministra británica Margaret Thatcher y su sucesor John Major, el Secretario de exteriores de ambos, Douglas Hurd, y el secretario general de la OTAN Manfred Wörner” (conversacionsobrehistoria.info, febrero 21 de 2022).
En ese entonces, todos esos lobos de la política imperialista fingieron ser ovejas que aceptaron que no habría una expansión de la OTAN hacia el Este, lo cual violaron de inmediato: “en 1996 se desplegaron maniobras conjuntas de la OTAN con Ucrania y Noruega, y en 1999 se integró en la organización la primera tanda de países que habían pertenecido al Pacto de Varsovia: Polonia, Hungría y Chequia” (Ibidem) y con el paso de los años lograron rodear a Rusia con bases militares de la OTAN, instaladas en territorio al que prometieron no avanzar “ni una pulgada”. Ayer, el presidente de los Estados Unidos dijo que no enviaría tropas estadounidenses a combatir en Ucrania. ¿Habrá quien confíe en su palabra y en que llegado el caso no desatarán una Tercera Guerra Mundial, empeñados como están en sostener a toda costa su dominio del planeta entero?