El autismo es un trastorno que incluye un conjunto de alteraciones que afectan la capacidad del niño para relacionarse e interactuar con las demás personas y su entorno. Este trastorno limita sus intereses y actividades alterando su desarrollo a nivel cognitivo y emocional. No obstante, aunque se trata de un trastorno que afecta múltiples áreas del desarrollo, la más afectada es la comunicación, en especial, el lenguaje.
En el marco del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, la Lic. Esperanza Arámbula, especialista en Terapia del Lenguaje, Habla y Deglución del Hospital Sedna comentó que: “la ausencia de un lenguaje explícito, con sentido y contextualizado en un niño, es el motivo más frecuente de consulta, ya que la preocupación recae por la ausencia de palabras y frases que pueda expresar lo que siente o piense, aunado a la sensación del bajo nivel de comprensión”.
Las principales señales importantes para sospechar que un niño padece autismo son:
- El niño no sonríe ni hace otras demostraciones de afecto o alegría a los 6 meses o posterior
- El niño no interactúa con los demás a través de sonidos, sonrisas u otras expresiones faciales a los 9 meses
- El niño no balbucea a los 12 meses
- El niño no interactúa con los demás con gestos, no señala ni muestra cosas y no trata de alcanzar objetos ni saluda con la mano a los 12 meses
- El niño no pronuncia ninguna palabra a los 16 meses
- El niño no produce frases con sentido de dos palabras (ni siquiera por repetición o imitación) a los 24 meses
- El niño pierde la capacidad de hablar, balbucear o socializar a cualquier edad
- El niño no responde a su nombre a los 12 meses
Cada caso es particular, esto quiere decir que no todos los comportamientos son generalizados, cada niño se comporta, aprende y desarrolla el lenguaje de manera diferente, por lo que la principal recomendación es acudir a especialistas que nos faciliten las herramientas necesarias para ayudar al desarrollo del niño.
Una vez que se haya hecho un diagnóstico certero de Autismo, será muy importante seguir el tratamiento y terapias indicadas por los especialistas. Sin embargo, los padres y familiares cercanos también pueden apoyar al niño con acciones fáciles de realizar en casa.
“Los padres juegan un papel sumamente importante para crear vínculos con su hijo, deberán de ser sumamente cercanos y empáticos con las necesidades de su niño”, señala la Lic. Arámbula.