SALTILLO,
Coahuila.- La imposición de Rosario Piedra Ibarra, al frente de la CNDH no es
una buena señal para la incipiente democracia mexicana, ni para el movimiento
de la diversidad sexual, aseguró Antonio Medina Trejo, director de Diversidad
Sexual del PRD.
«Es preocupante la ausencia
de contrapesos del Poder Ejecutivo. La sociedad mexicana no puede ni debe
permitir que López Obrador mande, como siempre lo ha expresado, ¡al diablo las
instituciones!”.
“El desaseado proceso mediante el cual fue electa la nueva presidenta de la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos merma de inicio su gestión al frente
de este organismo, responsable de defender a la ciudadanía de los abusos
cometidos por el gobierno y autoridades mexicanas”.
Las irregularidades en el proceso de votación, le quitan de facto la legitimidad necesaria para encabezar dicha institución, y sí le abonan una crisis de credibilidad en torno a la labor que desempeñará durante los próximos cinco años.
“Con la imposición
de la ahora incondicional ombudsperson, la mayoría parlamentaria de Morena en
el Senado cumplió con la orden del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de
terminar con la autonomía e independencia de la CNDH, características
necesarias para ser un contrapeso al ejercicio del poder”.
“Rosario Piedra llega al frente de la CNDH en medio de una gran crisis de
legitimidad, puesto que las condiciones políticas y legislativas que la
colocaron en la presidencia de este organismo, de facto reducen sus posibilidades
de señalar con independencia los abusos y equivocaciones de gobiernos y
autoridades”.