Lo recibieron como celebridad.
En audiencia introductoria realizada en la Corte Federal de Brooklyn, en Nueva York, Joaquín “El Chapo” Guzmán se declaró no culpable de los cargos que le imputan las autoridades de Estados Unidos, donde las internas del penal de Pearl Street lo recibieron con vítores y los gritos de “Chapo”, “Chapo”,como si se tratara de una personalidad de la política, espectáculo o deporte.
A menos de 24 horas de haber sido extraditado de México, el narcotraficante más poderoso del mundo, a decir de las propias autoridades mexicanas y estadounidenses, inicia su “peregrinar jurídico”, el que seguramente llevará años, durante los cuales habrá de responder por seis cargos, entre los que destaca el de homicidio y contra la salud, ya que se estima ingreso al vecino país, donde existe el mayor número de adictos del orbe, 457 toneladas de cocaína.
En tanto, en la Ciudad de México, ante las insistentes versiones difundidas por las redes sociales, en las que se afirma que la extradición de “Chapo” Guzmán, quien es requerido por Cortes de Justicia de Texas, Illinois, Florida y California, fue un “obsequio” del gobierno mexicano al ahora ex presidente de Estados Unidos, Barak Obama y/o a su sucesor, Donald Trump, la Procuraduría General de la República, al igual que otras dependencias, ratificaron que el hecho obedece única y exclusivamente al cumplimiento de la ley y los acuerdos que sobre el particular se han signado con Estados Unidos y otras naciones.
De manera categórica, la dependencia al mando del procurador Raúl Cervantes Andrade puntualizó que la extradición de Guzmán Loera ya estaba agendada y se basó en opiniones y resoluciones del Poder Judicial de la Federación y determinación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que fue la institución que “tuvo la última palabra” para entregar a las autoridades del vecino país del norte al narcotraficante más rico del mundo, como lo acredita el hecho de haber sido incluido en la revista Forbes, la que en ningún momento pudo explicar cómo fue que estableció que el oriundo de Badiraguato, Sinaloa, tenía por lo menos mil millones de dólares.
Asimismo, en el municipio antes referido, en particular, y Sinaloa en general, la inconformidad de los pobladores con la extradición de “Don Joaquín”,como le llaman, ya que “ha sido una de las pocas personas que nos ha ayudado”.Afirman que siempre estuvo presente cuando lo necesitaron y que su entrega a las autoridades estadounidenses es una muestra de sumisión de las autoridades mexicanas hacia el vecino país del norte. “Ahora tendrán que cuidarse muchos ex y funcionarios en activo, toda vez que los mismos mantenían relaciones financieras con Chapo y le brindaban protección”.
Por otra parte, hay quienes estiman que Guzmán Loera, más temprano que tarde, habrá de acogerse al Programa de Testigos Protegidos de la Unión Americana, ante cuyas autoridades seguramente dará información privilegiada, entre ella nombres de los ex y servidores públicos, presuntamente de los tres niveles de gobierno, que durante muchos años no sólo le brindaron protección, sino laboraron con él, particularmente en el trasiego de tóxicos, no sólo cocaína, sino también drogas de diseño y/o laboratorio, mariguana y heroida.
Y contra todo los pronóstico, a menos de 24 horas de haber arribado a la Unión Americana, Guzmán Loera se presentó en la Corte de Justicia de Brooklyn para que le fueran leídos los cargos por los que será juzgado, por los que se le podría sentenciar a cadena perpetua en caso de resultar responsable. Para tal efecto, los fiscales cuentan con por lo menos 40 testigos, quienes en su momento depondrán contra el narcotraficante.