Por Omar Carreón Abud dirigente antorchista en el estado de Michoacán
El pueblo se reúne masivamente en un momento en el que la situación mundial se vuelve cada vez más peligrosa para la existencia del género humano. ¿Es esta afirmación un recurso publicitario para interesar en la lectura a alguien indiferente o simplemente distraído? No lo es, no podría serlo, no se juega con la vida de todos los seres humanos y, si lo escribo, es porque me encuentro, como muchos otros hombres y mujeres de buena voluntad, preocupado por la agresividad criminal del imperialismo norteamericano y sus socios, cuyos líderes sí parecen estar jugando con la existencia del género humano al acorralar a buena parte de los pueblos de la tierra: “o te sometes o te atienes a las consecuencias” es el mensaje demencial que no admite réplica.
Vuelven a aparecer las acusaciones norteamericanas sin pruebas. Se lanzan 59 misiles sobre Siria, un país soberano y miembro de la ONU, sólo porque el gobierno de Estados Unidos y la poderosa prensa que lo sostiene, dicen que el presidente de ese país del Medio oriente lanzó un ataque con gas venenoso sobre su pueblo. Se lanzan, también, de inmediato, los dueños de los medios de comunicación, a moldear a la opinión pública mundial, a dar a entender que el mundo entero se halla homogéneamente complacido por la respuesta de los imperialistas norteamericanos, esos que no hace muchos días tildaban a Donald Trump de farsante, incluso de que había matado a la verdad, ahora, que llevó a cabo una acción conforme a sus más preciados intereses económicos, políticos y geoestratégicos, ahora, de los 100 periódicos más influyentes de Estados Unidos, 47 publicaron editoriales sobre el ataque con misiles a Siria y 39 de ellos, se manifestaron a favor, 7 con posiciones ambiguas y sólo uno en contra; la manipulación del mundo entero por parte de un puñado de plutócratas. Posteriormente, para acabar de colocar al mundo entero en vilo, se lanzó una bomba gigantesca sobre Afganistán, país invadido por Estados Unidos y se envió una flota de ataque nuclear a cercar a Corea del Norte. Todo ello en los últimos 10 días.
No pocas veces me he preguntado qué tan viejas son las provocaciones para justificar ataques abiertos de los imperialistas contra sus adversarios indeseables: nunca nadie demostró que Irak tuviera armas de destrucción masiva pues no las había y el incidente en el Golfo de Tonkín ha pasado a la historia como otra inmensa, increíble patraña con la que Estados Unidos procedió a intervenir en la matanza de Vietnam. ¿Cómo educar a los niños “con valores”, cuando mentiras gigantescas recorren el planeta sin que nadie resulte castigado? Las élites del mundo, el uno por ciento que se lleva el mismo volumen de riqueza que la mitad de la humanidad, se descaran cada vez más, actúan como una terrible dictadura en defensa de sus muy particulares intereses, van en pos de la ganancia, quieren apoderarse del planeta entero. Y sólo los pueblos las pueden detener.
En esas condiciones, con esa inmensa tarea sobre su espalda y la de todos los oprimidos del mundo, inspirado por el aniversario de la muerte de Wenceslao Victoria Soto, el héroe civil que fundó a la organización en el estado, se reúne el pueblo michoacano organizado en el Movimiento Antorchista; se concentra en el Estadio “Venustiano Carranza” a las siete de la mañana del 23 de abril, encabezado por la Dirección Nacional y por el querido dirigente e inspirador principal de su lucha, el Maestro Aquiles Córdova Morán, Secretario General de la organización. Esa concentración será, también, parte de la lucha popular por cambiar la grave situación en la que han sumido al pueblo mexicano sus propias élites durante muchos años. En México no hay empleo para todos, en Michoacán tampoco. Basten estos datos terribles que nadie discute: la precaria y muy discutible estabilidad que existe en el estado de Michoacán se sostiene sobre ¡4 millones de michoacanos que se ganan la vida en Estados Unidos! El estado de Michoacán es el campeón nacional en recepción de remesas.
Cuatro millones de personas, la misma cantidad que todavía vive en el estado y ¿cómo vive? o ¿cómo sobrevive la que se ha quedado? El 69 por ciento de la población en edad de trabajar está en el llamado empleo informal, esa labor que, retirando el eufemismo que oculta la realidad, se ejerce sin salario, sin horario, sin pago de horas extras, sin vacaciones, sin jubilaciones, sin nada y, no pocas veces, con la participación sacrificada de la familia entera que paga mordidas y soporta a inspectores corruptos y represivos.
A ello, hay que agregar la preocupación, la tensión constante y creciente en que se encuentra buena parte de la población por la amenaza del gobierno de Donald Trump de sellar la frontera con el muro completo e incrementar significativamente las expulsiones. El secretario de Justicia de Estados Unidos, el señor Jeff Sessions, dijo el pasado martes 11 en Nogales, Arizona, a unos metros de la frontera con México: “A quienes continúen buscando entrar de manera impropia e irregular a este país, les advierto: esta es una nueva era, esta es la era Trump, se acabaron la ilegalidad y la abdicación del deber de cumplir la ley y las políticas de detención y liberación del pasado”. Y, por si quedara alguna duda de la seriedad de la amenaza, el diario New York Times, escribió en su editorial: “Ya no se trata de discursos aterradores. Ahora, como abogado general, (Sessions) dispone de la maquinaria para hacer realidad su pesadilla sobre la inmigración”.
Las amenazas se irán haciendo, pues, realidad en los próximos meses, habrá todavía más desocupación en México y en Michoacán, llegarán muchos miles, sin casa, sin trabajo, sin escuela, sin médico para sus hijos, sin nada y, a todos ellos hay que añadir todavía las decenas o centenas de miles de familiares que aquí han estado y que tendrán que sobrevivir ahora sin el valioso apoyo que han significado hasta ahora los envíos de dólares. ¿Cuál es el plan, cuáles las medidas para enfrentar esta gravísima situación? ¿Podemos, los mexicanos, los michoacanos, afirmar con cierta validez que está en marcha un buen proyecto de país que nos sacará de esta nueva crisis en un año, en dos, en cinco años? Lamentable e inobjetablemente, no. No hay plan ni proyecto, ni nada nuevo, se sigue ofreciendo más de lo mismo: arreglos cosméticos, pequeñas dádivas, parches inocuos que no van a la esencia del problema y los grandes cambios, las transformaciones indispensables a la raíz del modelo económico que hasta ahora sólo ha concentrado la inmensa riqueza nacional en una cuantas manos, esas medidas para que haya empleo para todos, para distribuir mejor la riqueza nacional, esas, siguen siendo tabú, características intocables de la política económica nacional. Un cambio en beneficio del pueblo pasa necesariamente por una modificación de la correlación de fuerzas entre el pueblo y las élites privilegiadas. Cobra, pues, relevancia especial que en este momento de México y del mundo, el pueblo michoacano organizado en el Movimiento Antorchista, se reúna, impulse y fortalezca vigorosamente a su única esperanza, a su organización. “Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos”, escribió Rubén Darío.