*Con la presencia de Silvia Lemus, viuda del escritor, fueron comentados los libros Cambio de piel y Zona sagrada, que cumplen 50 años, y Cristóbal Nonato, que llega a 30 años de su publicación
Carlos Fuentes (Panamá, 11 de noviembre, 1928- Ciudad de México, 15 de mayo, 2012), el hombre que construyó con su pluma nuevas rutas para la literatura mexicana, el autor que en su obra retrató a México como territorio donde las pasiones, la magia, la luz y la oscuridad se entretejen a través de los siglos, fue recordado la tarde del domingo 14 de mayo en el Homenaje Cinco años sin Carlos Fuentes.
Con la presencia de Silvia Lemus, viuda del escritor, fueron comentados por Gonzalo Celorio, Ana García Bergua y Antonio Saborit tres libros escritos por Carlos Fuentes y que en 2017 cumplen aniversarios: Cambio de piel (50 años), Zona sagrada (50 años) y Cristóbal Nonato (30 años).
El escritor, ensayista y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua Gonzalo Celorio abrió la mesa y dijo que la novela Cambio de piel, aparecida en 1967 que escribió en Tonanzintla, Nueva York y París, mostrando su necesidad de abarcar un estilo que va de lo histórico a lo ontológico, utilizando nuevos caminos narrativos y estructurándola como un gran mural, dijo que pareciera pintado por un miniaturista.
Gonzalo Celorio recordó que el mismo año en que se publicó Cambio de piel, en1967 Gabriel García Márquez había sacado a la luz la gran novela Cien años de soledad, mostrando una afinidad con su colega colombiano al tratar de construir una historia totalizadora que mostrara los cimientos mismos de los rasgos latinoamericanos.
Recordó que otra novela con la que Cambio de piel tiene similitud es Rayuela porque en ellas el tema del doble es fundamental en las parejas que aparecen y muestra la otredad como un símbolo literario, tanto en el ámbito del erotismo como en las pulsiones y caprichos de los personajes.
«Muchas y muy diversas han sido las lecturas que se han dado a esta novela. Octavio Paz decía que las obras de Fuentes son como un jeroglífico. Esta novela es ambiciosa y urgida de llenar un vacío histórico y de cumplir lo que Alejo Campertier llamó la condición del escritor latinoamericano: el ponerle como Adán, nombre a las cosas.
La narradora Ana García Bergua habló de Zona sagrada, novela publicada también en 1967 a la que definió como una obra no menor de Carlos Fuentes, publicada por Siglo XXI, y que el día de su presentación, algunos de sus fragmentos fueron leídos por el escritor y cuentista argentino Julio Cortázar (Bruselas, Bélgica, 26 de agosto, 1914 – París, Francia, 12 de febrero 1984).
García Bergua agregó que esta es una novela de edipos humillados y que aborda el amor filial entre un Telemaco que está enamorada de su madre, la gran actriz que sólo puede verse a sí misma.
Recordó esa clara intención de Carlos Fuentes de hacer que esta novela se leyera como una película, añadiendo a la narración disolvencias, flashbacks y otras técnicas utilizadas por el cine para construir una historia con tintes de pesadilla o de un delirio irreal en el ambiente que teje al personaje Claudia Nervo.
«La mitología cinematográfica crea un primer escenario para esta novela donde, como En la región más transparente, muestran un México de esplendor y que hace de este libro una obra para revisitar».
Cristóbal Nonato, novela que cumple 30 años fue descrita por Antonio Saborit como una obra que deja entrever la sátira a través de la conformación de la familia del personaje de Cristóbal que aún no ha nacido, quien dice que la voz de la historia hace inaudible la suya.
Antonio Saborit recordó la premisa que externa Carlos Fuentes en esta novela al afirmar que el futuro es un lugar extraño y que ahí las cosas siempre se hacen de la misma forma.
«Como libro, esta novela se ocupa de la épica o antiépica nacional a través de la concepción de Nonato, así como de elementos que renuevan al lector como un Sísifo que avanza página tras página».
Silvia Lemus afirmó que en este quinto aniversario de la partida de Carlos Fuentes es necesario seguir leyendo y dialogando con él, a menudo preguntándonos lo que él opinaría sobre las noticias que leemos hoy en el periódico.
«Pocos intelectuales pelearon como él por la justicia social y por ello hay que volver a sus páginas», afirmó Silvia Lemus, quien comentó también el libro La frontera de cristal, obra publicada por Carlos Fuentes durante la época en que se negociaba el Tratado de Libre Comercio y que se ocupa, a través de nueve cuentos, de la compleja relación de México con Estados Unidos.
Julio Trujillo, director de Alfaguara México, quien moderó la mesa, agregó finalmente que los tres libros con los que se recuerda a Carlos Fuentes son obras indispensables de la literatura mexicana y universal que siguen vigentes y muestran la grandeza y genio de un autor que es una referencia permanente de la cultura nacional.