El recinto atiende a más de 600 mil usuarios al año y ofrece préstamo interno de libros y una gran variedad de actividades culturales
Con más de 950 mil materiales de lectura en su acervo, la Biblioteca de México se ha consolidado como uno de los recintos más importantes del país al atender a más de 600 mil usuarios cada año, no sólo con servicios de préstamo interno de libros y archivo hemerográfico, sino también con una amplia oferta cultural.
Son ya 71 años de historia de esta biblioteca que se asienta en lo que fuera la Real Fábrica de Tabacos de la Nueva España, después Parque General de Artillería en el siglo XIX, conocido oficialmente como La Ciudadela, donde tuvo lugar La Decena Trágica, el cuartelazo de las fuerzas antimaderistas en 1913.
Desde 1941, el inmueble de estilo neoclásico y ornato sobrio, funge como la Biblioteca de México que en un inicio tuvo 40 mil volúmenes. Con el paso del tiempo, su acervo de ha ido enriqueciendo hasta llegar a 950 mil materiales: 155 mil en la sala general, más de 271 mil en sus fondos especiales, 32 mil 209 en el Fondo México y más de 78 mil en su Fondo Reservado y la Hemeroteca Histórica.
Fue en noviembre de 2012 que el recinto fue reinaugurado luego de una remodelación integral que incluyó la creación de las bibliotecas personales de Antonio Castro Leal, Alí Chumacero, Jaime García Terrés, José Luis Martínez y Carlos Monsiváis, el Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado, la Sala para personas con discapacidad visual que ofrece una amplia gama de audiolibros y volúmenes en sistema braille, además de la Sala infantil y la Ludoteca.
Estudiantes sobre todo, y también amantes a la lectura, acuden diariamente a este espacio no sólo por la amplia oferta de materiales, pues también lo hacen por la comodidad de sus instalaciones para mantener un encuentro con las letras.
Deny Monsiváis, desde el oriente de la ciudad, está en la elaboración de su tesis de licenciatura y acude regularmente al recinto porque dijo, “hay un gran acervo, uno se encuentra libros muy antiguos, incluso libros que no hay en otras bibliotecas y pues eso me encanta”.
Pero además, apuntó, “me gustan mucho las salas comunes, donde además de leer, puedes hacer una reunión de trabajo, vaya, la estructura del edificio permite que si tú estás hablando no interfiera con las pláticas o el trabajo de los demás y las salas de las bibliotecas particulares son lindísimas, me gusta mucho este espacio”.
También Lino Eugenio destacó la amplitud del espacio de la Biblioteca de México, sobre todo tras la remodelación de 2012. “Hace como dos años que vine y me maravillé cómo dejaron la biblioteca, que yo le decía Ciudadela (…) Me encantó mucho cómo dejaron aquí el lugar, yo a veces vengo a leer libros o me voy a la hemeroteca también, a encontrar algo interesante y más por la biblioteca de los escritores”.
Lino Eugenio, quien habita en la delegación Venustiano Carranza, indicó que ya visitó la Biblioteca Personal de Alí Chumacero y le encantó y ahora es asiduo visitante de la sección Novedades Editoriales y Nuevas Adquisiciones que, dijo, antes no existía y a donde la gente “aunque tenga pocos recursos puede venir a leer un libro o una revista, porque se prestan y uno está tranquilo”.
Angélica y Viridiana, estudiantes de preparatoria abierta, desde hace un mes acuden regularmente al recinto para reunirse y estudiar en las amplias salas de lectura. “Aquí está muy padre, la iluminación y todo está súper bien, nos hemos adaptado mucho a esta sala. Ahorita ya tenemos como un mes viviendo, nos acostumbramos, porque la iluminación es bastante buena, está nublado pero te sientes cómoda aquí”, señaló Angélica.
Por su parte, Viridiana indicó que “nos gusta mucho venir, está muy padre”, porque además de ser un espacio de acceso gratuito, “podemos entrar aquí con las cosas y no dejarlas en paquetería como en la Biblioteca Vasconcelos, que luego es un poco molesto no poder tener tus cosas”.
Mientras que las Bibliotecas Personales, dijo, son una excelente idea porque en ellas “tienes tu espacio y te concentras más. Habemos muchos que somos un poco distraídos, estás aquí y empiezas a ver y te pierdes, ahí es como más tranquilo, te enfocas más en lo que estás estudiando, en lo que estás viendo, se me hace muy buena idea”.
Finalmente, Analí, estudiante de Ciencias de la Comunicación, acudió al recinto a realizar una investigación de su carrera. “Esta es la biblioteca que me queda más cerca. La Vasconcelos está muy grande, muy bonita, tengo hasta mi credencial, pero esta me queda más cerca y también está muy bonita, tiene todo lo elemental, seguridad, las instalaciones están súper bien, la súper recomiendo, porque me agrada mucho”.
Además de la gran oferta editorial, la Biblioteca México cuenta con una amplia gama de actividades culturales, que tan sólo en 2015 sumaron más de 4 mil 600, para todas las edades y gustos.
Ciclos de cine, exposiciones como la de 100 años de una artista. Leonora Carrington en la Biblioteca de México, que actualmente se encuentra en exhibición; talleres como el de escritura en braille o el de instrucción al juego, Los libros perdidos; obras de teatro y hasta encuentros como el de poesía Diverso. Desbordando fronteras, forman parte de su programación.
Enclavada en el centro de la Ciudad de México, la Biblioteca de México forma parte de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, coordinada por la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura federal. Desde 1996 su director general es el escritor, poeta y académico Eduardo Lizalde.