*Es necesaria la integración plena para acelerar los cambios y la aceptación
El reconocimiento de los derechos de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI) en materia jurídica en la Ciudad de México significa la construcción de una ciudadanía dentro de un Estado laico y ofrece al país la oportunidad de “ser una verdadera nación democrática”, señaló el doctor Antonio Marquet Montiel, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Una revolución en el campo constitucional para la diversidad sexual resultaría relevante porque ofrecería seguridad, así como reconocimiento y visibilidad en la agenda pública nacional, señaló el docente del Departamento de Humanidades de la Unidad Azcapotzalco.
La implementación de leyes abona a la transformación de una heterocracia a una democracia plena, ya que el camino es respetar, garantizar y proteger los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos los grupos sociales, bajo los principios de igualdad y la no discriminación.
La conquista del matrimonio igualitario, la adopción y la conformación de una familia sin importar la orientación sexual son una amenaza para la familia, entre otros planteamientos de algunos sectores conservadores son erróneos, consideró el doctor Marquet Montiel.
En el Festival de la diversidad sexual. La UAM somos todos y hay un lugar para todos, realizado en la Unidad Cuajimalpa de la UAM, refirió que México vive sumergido en una violencia extrema, como reveló la posición de algunos candidatos y partidos políticos sobre los derechos de la comunidad LGBTTTI en las recientes elecciones para gobernador en el Estado de México y Coahuila.
El docente calificó de “muy graves” los pronunciamientos que hicieron en contra de las familias diversas, los homosexuales y las lesbianas, ya que están en contra del respeto a todos los grupos sociales e individuos, sin exclusión, sostuvo en la plática La diversidad sexual como tema de investigación académica.
“No se puede hacer política contra grupos e individuos, porque en el país se discrimina a los marginados, las mujeres, los pobres, los ancianos y la diversidad sexual”, por lo que es necesario que la sociedad se manifieste en contra de los discursos que provocan la desunión, la discriminación y el odio.
La investigación sobre la cultura gay es importante porque “es preciso dar a conocer que los homosexuales han estado presentes en la construcción de la cultura mexicana a lo largo de la historia” y su creatividad ha quedado manifiesta en todas las expresiones del arte, pues “simplemente no podría pensarse en la poesía contemporánea sin las aportaciones de Salvador Novo o Xavier ViIlaurrutia”, por ejemplo.
Marquet Montiel, autor de los libros Archipiélago dorado: el despegue creador en Agustín Yáñez; ¡Que se quede el infinito sin estrellas!: la cultura gay a fin de milenio, El crepúsculo de Heterolandia. Mester de jotería y El coloquio de las perras dijo que el país está rezagado en el reconocimiento pleno de los derechos de la comunidad gay, no sólo respecto de las naciones europeas, sino también de algunas latinoamericanas como Argentina y Uruguay.
En México hay entidades donde las uniones de parejas del mismo sexo deben ser llevadas a juicio para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronuncie e invite a los gobiernos a reconocer la diversidad sexual.
La vida de la sociedad LGBTTTI es de gueto, una cultura marginal que sale de noche y en la que “el sujeto vive con una administración esquizofrénica de su vida, en el día con la familia y en la noche con los amigos”, por lo que es necesaria la “integración plena” para acelerar los cambios y la aceptación, porque si perduran las divisiones entre los diversos grupos las injusticias proseguirán.