Con esta intervención refrendamos el compromiso con la protección del patrimonio cultural: María Cristina García Cepeda
La restauración de la estatua ecuestre de Carlos IV El Caballito es un ejemplo de trabajo de colaboración, de suma de voluntades y del rescate de un patrimonio cultural invaluable.
Así lo expresó la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, al reunirse en la sede de la institución con el equipo de especialistas responsables de los trabajos de restauración del monumento creado por Manuel Tolsá en el siglo XIX.
María Cristina García Cepeda afirmó ante el grupo de invitados que con esta restauración, las instituciones refrendan su compromiso con la protección del patrimonio cultural de México y su trabajo de colaboración con las instancias que reúnen a equipos de gran excelencia técnica, científica y de investigación histórica.
“Es importante señalar que El Caballito no es un monumento que pertenezca a las instituciones, sino a todos los ciudadanos», añadió.
Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, afirmó que este reconocimiento es para todos los especialistas que desde el año pasado participaron en este proyecto, singular en la historia de la restauración en nivel internacional.
Agregó que “nunca se había intervenido así una pieza de tal magnitud, abordando la complejidad de los metales y los materiales pétreos que la conforman, asegurando la reversibilidad sin patinados químicos y manteniendo el aspecto original que presentó desde su creación”.
El director del INAH anunció que se planea hacer una publicación académica y de divulgación que presente paso a paso los trabajos que se hicieron en el monumento y que integraron tres elementos: la investigación, porque ahora sabemos más de la estatua, la conservación, con el respeto a sus materiales y estructura original y la divulgación de forma transparente con el público.
Liliana Giorguli, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, dijo que los resultados de esta restauración se deben a la fortaleza del equipo humano que participó en los trabajos y a su talento y capacidad para resolver el reto de devolver su esplendor a este querido monumento.
“Nos sentimos orgullosos de haber contribuido al rescate de este patrimonio para que la ciudadanía lo disfrute. Esta fue una conjunción de talentos, así como de solidaridad y colaboración para lograr un resultado de excelencia”, expresó Liliana Giorguli.
Arturo Balandrano, Coordinador Nacional de Monumentos Históricos, afirmó finalmente que en el INAH existe un equipo privilegiado que logró recuperar los valores estéticos y patrimoniales de este gran monumento.
“Fue un reto que logramos gracias al trabajo coordinado entre instituciones, al apoyo de sus diversas instancias y al equipo que dedicó todo su esfuerzo con el fin común de preservar una joya de nuestro patrimonio”.