En México, 68 por ciento de las mujeres de 15 años o más que han estado en pareja afirman haber sufrido en cierto momento de su vida algún tipo de violencia, señaló Noemí Díaz Marroquín, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
No obstante, resaltó, existe un subregistro porque muchas veces la violencia es psicológica y algunas de sus formas son tan tenues que no son identificadas por las víctimas, y si lo hacen no se atreven a ventilarlo.
“Lo más evidente serían los gritos, golpes, humillaciones y descalificaciones, pero hay otro tipo más sutil, códigos de comunicación que pueden incluir lenguaje no verbal como miradas, gestos, ademanes, tensión muscular y tono de voz; es decir, no sólo es lo que se dice, sino cómo y en dónde. No deja marcas en el cuerpo y una de las razones por la que no se detecta es porque se considera normal”, destacó.
La violencia es una forma de ejercer poder sobre el otro y obtener sumisión; esto se refuerza porque las víctimas tienden a naturalizar actitudes como la indiferencia, desprecio, humillación y agravios, que en ocasiones generan enojo, pero la mayoría de las veces no se encuentran en un registro consciente como formas de agresión, precisó la coordinadora del Centro de Servicios Psicológicos “Dr. Guillermo Dávila” de la FP.
Violencia psicológica
La violencia psicológica se define como cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, y puede consistir en negligencia, abandono, manipulación, descuido reiterado, celotipia, humillación, insultos, marginación, indiferencia, comparaciones destructivas y amenazas, especificó.