*Mantener horarios regulados para dormir y despertar ayuda a calmar las alteraciones del sueño
El insomnio y la somnolencia excesiva son algunas de las afecciones derivadas del estrés postraumático ocasionado por los pasados sismos del mes de septiembre en el país y la Ciudad de México, señaló la doctora Guadalupe Terán Pérez, responsable de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
De acuerdo con la especialista la incapacidad para mantener o conciliar el sueño, así como el despertar prematuro que es la dificultad para volver a dormir durante la madrugada y no poder obtener un descanso reparador, constituyen algunas de las principales molestias que han afectado a la población en las últimas semanas.
“Es normal que esos padecimientos estén presentes por algunos días, pero es importante tomar medidas para que dichos problemas no se eternicen ni se vuelvan un problema crónico. En estos casos es imprescindible mantener buenos hábitos de sueño y evitar la exposición a cualquier tipo de dispositivo electrónico, al menos treinta minutos antes de ir a la cama”, recomendó.
Para aliviar los síntomas, Terán Pérez sugirió evitar visualizar videos sobre los hechos del terremoto que circulan en redes sociales, pues “esa información se almacena en la memoria y puede provocar mayor ansiedad o presencia de pesadillas, por eso es esencial no sobreexponernos a dichas imágenes” y mejor recurrir a notas escritas que son menos impactantes.
Igualmente, propuso mantener horarios regulados para dormir y despertar, así como no abusar del café, el chocolate y otras bebidas azucaradas y activadoras que contribuyen al incremento de la actividad mental después de las cuatro de la tarde, pues ello puede favorecer la vuelta a la normalidad.
“Levantarnos temprano y mantener espacios iluminados y abiertos ayuda a sincronizar nuestros horarios de sueño”. Aunado a esas medidas, las rutinas de alimentación deben ser adecuadas, por ejemplo, cenar ligero dos horas antes de acostarse es ideal, ya que una comida más pesada provocaría una estimulación interna de indigestión al tiempo que alentaría la formación de pesadillas”, explicó.
La aromaterapia y la realización de ejercicios de relajación antes de dormir son otras alternativas útiles a las cuales recurrir si persisten las dificultades para conciliar el sueño. “Si dormimos mejor, durante el día vamos a estar más activos, lo cual sumado a la iluminación nos ayudará a despertar y tener más energía”.
La presencia de pesadillas recurrentes puede manifestarse tanto en adultos como en infantes. Una estrategia para tratar esos síntomas consiste en escribir la pesadilla en papel durante una semana, cambiándole el desenlace por algo más agradable; ese esfuerzo cotidiano modifica el recuerdo negativo eliminándolo poco a poco.
En el caso de los niños, el dibujo es una terapia que les permite plasmar lo que les espanta por las noches, lo recomendable es que elaboren un muñeco al que recluyan en una cárcel, con lo que simbólicamente encerrarán su pesadilla. En la mayoría de los casos los resultados son positivos, “hay que acompañarlos, explicarles, jugar con ellos, distraerlos y acompañarlos a la cama para que paulatinamente retomen sus hábitos”.
Si aun tomando las medidas antes mencionadas se mantienen los trastornos de sueño, las técnicas deberán llevarse a un segundo nivel de la mano de terapeutas especializados, “un acompañamiento mayor podría ser en la Clínica de Trastornos de Sueño de la UAM, en la que atendemos al público en general, incluso vía telefónica”, finalizó.