*El edificio donde se asienta el Laboratorio de Fisiología Celular y Biología Molecular lleva más de un mes sin actividad
Estudios científicos sobre cáncer y enfermedades hepáticas, pancreáticas y toxicológicas realizados en los últimos 40 años en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) han quedado interrumpidos debido a que el edificio donde se desarrollan fue diagnosticado con daño estructural por el sismo del 19 de septiembre pasado, afirmó el doctor Luis Enrique Gómez Quiroz, profesor de la Unidad Iztapalapa.
El Laboratorio de Fisiología Celular y Biología Molecular de esa sede académica detuvo sus actividades, en perjuicio de los recursos materiales que comprende, al ser desalojado el inmueble y, por consiguiente, apagados los equipos, aun cuando “deben estar en actividad y supervisión constante”.
Ese espacio cuenta con un microscopio confocal con valor de 20 millones de pesos que ahora está desconectado y por lo tanto se está deteriorando, ya que “debiera mantener un flujo de corriente constante y temperatura baja; también hay un ultracongelador que desafortunadamente se descompuso y albergaba desde hace diez años una colección de muestras de tejido hepático humano y sueros de pacientes, las cuales hemos perdido”.
En el Laboratorio instalado en el edificio “S” de la Unidad Iztapalapa trabajan cinco académicos que tienen a su cargo a 15 estudiantes de licenciatura y de la Maestría y el Doctorado en Biología Experimental, a quienes se planea trasladar al Instituto Nacional de Cardiología (INC), donde se prevé que opere un Laboratorio de Medicina Experimental a partir del 7 de noviembre, con el apoyo y la generosidad del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ese sitio fue proporcionado “por nuestros colaboradores de los institutos nacionales de salud y nos permitirá continuar parte de las funciones, aunque no en forma ideal, pues en el Laboratorio de la Unidad estudiantes provenientes de otras universidades efectuaban experimentos con nosotros”, subrayó el académico del Departamento de Ciencias de la Salud.
Análisis importantes con muestras de pacientes con pancreatitis y cáncer de hígado llevados a cabo a nivel clínico quedaron inservibles, lo que repercute negativamente en los resultados inmediatos que en materia de investigación y docencia estaban en curso, así como en la capacitación de los alumnos de los últimos trimestres de licenciatura y posgrado de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud (CBS).
Gómez Quiroz resaltó que las tesis han quedado truncas y dejado en la incertidumbre el futuro de varios jóvenes, ante la situación del “otorgamiento de becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en algunos casos, y de los proyectos establecidos por convenio con otras instituciones de México, Alemania, España, Estados Unidos y Francia y los cuales están en peligro de perderse”, alertó.
Existen reportes pendientes de entregar a diversas entidades y una ampliación del tiempo de rehabilitación del Laboratorio significaría la suspensión de colaboraciones esenciales, por ejemplo, “hasta el momento sólo hemos podido proteger microscopios y espectrómetros, entre otros equipos, porque son muy sensibles y empezamos a prepararlos para su mudanza.
“El acceso al edificio “S” es restringido y sólo fue rescatado lo más pequeño, que está almacenado de momento en espacios prestados dentro de la misma sede universitaria”.
El especialista en bioquímica y fisiología celular indicó que hay equipos de grandes dimensiones difíciles de trasladar que deben reinstalarse y ser recalibrados pronto para evitar mayores gastos y, “a pesar de que nuestros colaboradores han sido sensibles a la situación de emergencia, la preocupación es seguir funcionando con excelencia, como lo hemos hecho, pues el atraso de uno o dos días en investigación biomédica perjudica la labor”.
El Laboratorio de Fisiología Celular y Biología Molecular tiene convenios en vigor con las universidades de Rennes, en Francia; Johannes Gutenberg, en Mainz, Alemania, y con el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, en España, entre otros. “Muchos de los investigadores de esos centros son asesores de nuestros estudiantes y han propiciado actividades constantes de movilidad, pero debemos cumplir las metas requeridas para ello”, concluyó.