ESTÉNTOR POLÍTICO
Por: Miguel Ángel Casique
Este lunes una de las noticias que destaca en medios es la relacionada con que están sin destino 77 mil millones de pesos en 9 estados con elecciones, esto de acuerdo a la Auditoria Superior de la Federación; y es que, nos comentan, que de las 9 entidades que van a elegir gobernador, Veracruz es el estado que encabeza la lista de observaciones en la aplicación de recursos, que acumula 55% de las irregularidades señaladas.
Según la comparación que hace un diario nacional la cifra arriba mencionada es superior a los 48 mil millones de pesos, necesarios para la reconstrucción a los daños que ocasionaron los sismos del 7 y 19 de septiembre. De los 9 estados, Veracruz es el que encabeza la lista por aclarar, en este caso se incluyen desvíos cometidos en la administración de Javier Duarte, actualmente encarcelado, precisamente por desvío de recursos y corrupción; Jalisco, gobernado por Aristóteles Sandoval, es el segundo estado con más recursos pendientes de solventar, con 10 mil 787 millones de pesos; en tercer lugar está Chiapas, gobernador por Manuel Velasco, con 7 mil 968 millones de pesos. Luego están Guanajuato, Morelos, Yucatán, Puebla y Ciudad de México.
Y precisamente en este último lugar, la Ciudad de México, éste domingo se celebró el 89 aniversario del Revolucionario Institucional y nos comentan que ahí José Antonio Meade planteo los cuatro ejes del cambio: compromisos con la ley, el orden y la seguridad, con las familias y mujeres, con el talento de cada mexicano y con el gobierno a la medida de cada quién.(¿?) También nos dicen que en ese acto el candidato tricolor se deslindó de la impunidad y corrupción.
Todo indica que fue un evento que transcurrió sin contratiempos, donde Meade llegó acompañado de su esposa, Juana Cuevas, Enrique Ochoa, presidente del PRI y Claudia Ruiz, secretaria general del PRI, y entre gritos de apoyo, el candidato, subió al templete donde fue el único orador, ahí dijo, «Conmemoramos porque recordamos…” y en su discurso recordó a Lázaro Cárdenas, Plutarco Elías Calles, Luis Donaldo Colosio y al mismo Enrique Peña que no asistió al evento, hizo un recuento de aciertos y errores del partido y aseguró que no permitirá un retroceso en el país.
Ahí, ante unos 6 mil militantes priistas, entre los que había secretarios de estado, gobernadores, legisladores y líderes de partidos señaló que «El PRI y Plutarco Elías Calles cambiaron caudillos por instituciones, consolidaron la paz social, no vamos a dejar que regrese un México de caudillos ni de mecías. En el juicio histórico del PRI se aprecian grandes aciertos y también errores, hoy sabemos cuándo nos equivocamos, dónde perdimos rumbo, qué decisiones implicaron costos para el país y para el partido y cuales al dejarlas de tomar pusieron en riesgo la estabilidad y el crecimiento. Porque conocemos y reconocemos políticas equivocadas estamos decididos a impedir que el país vuelva a tropezar”
Su mensaje no fue tan fuerte como se esperaba, pero parece que es parte de la estrategia priista: «Soy un candidato por México, soy un ciudadano, así me concibo, así me asumo, ofrezco lo que soy, un ciudadano con una trayectoria limpia, una vocación de servicio, con claridad de visión cultural económica y social con un profundo amor a México, no promuevo odio, sino respeto, no aliento división, sino unidad, no creo en los extremos que polarizan, soy un hombre con experiencia, soy un hombre con ideas».
Y hablando de ideas y discursos está claro que entre los tres candidatos principales cada uno tiene sus propias posturas sobre cómo atacar a su adversario y cómo cada uno presenta sus “propuestas” para que México cambie, esos discursos se van escalando conforme se acercan las verdaderas campañas y vemos cómo cada uno presenta, habla y avienta al aire lo que mejor puede para sus electores; vemos, también, cómo sus equipos de campaña están a todo lo que dan para preparar una guerra discursiva contra el enemigo; sobre todo aquí destacan López Obrador y Ricardo Anaya, que dejan claro, traen intencionalmente una guerra contra el candidato priista.
Y es que cuando de política (elecciones) se está hablando lo primero que se hace es saber y entender que tu adversario (político, candidato, organización, etc.) se convirtió en tu enemigo; de hecho es así porque tu adversario siempre será tu enemigo hasta que la situación cambie o se resuelva, (el día de la votación) por llamarlo de alguna manera.
Lo que vemos en los días es que los tres candidatos comparten «ideas» y «propuestas» en común que le sirven para convencer a su electorado, por eso vemos que hablan de México con futuro, nación, país diferente etc.; incluso, llegamos a ver candidatos que hasta de temas religiosos se vuelven seguidores, todo con tal de ganar adeptos, todo con miras a la conquista del voto para ganarle a su contrincante.
Pero en los discursos, en los que tendrían que ir ideas frescas y verdaderas propuestas para cambiar la situación real y de fondo de los mexicanos y del país en general, están totalmente ausentes; vemos discursos carentes de propuestas concretas, en su mayoría se ven ataques contra el enemigo de enfrente o al lado, contra aquel que amenaza seriamente la meta, el objetivo, la conquista del 1 de julio.
No hay discursos bien pensados y de fondo en los que los mexicanos pudieran confiar y creer que ahí las cosas van a cambiar, no hay debates serios y propositivos entre los candidatos y partidos políticos en los que se pueda asegurar un México mejor; no hay propuestas para ver quién sacará de la pobreza a los ya casi 100 millones de mexicanos, y no vemos por ningún lado que algún candidato esté manejando que la culpable de todos los males o problemas sociales es la pobreza y a esta había que atacar y acabarla.
Se habla de corrupción sin buscar la raíz de ella, se habla de un mal gobierno actual pero sin detenerse a analizar que los cambios no se hacen en 6 o 12 años. Así, en esta contienda electoral de enemigos no hay discursos que construyan y que aseguren bienestar y futuro para México; no hay, con ningún de los principales contendientes, certeza de que las cosas en el país mejorarán; pero como la «democracia» es elegir entre los tres principales candidatos, a los mexicanos sólo les queda elegir al menos malo y el menos peor.
El clímax no político…
En la Ciudad de México el equipo de Alejandra Barrales fue reforzado ni nada menos que con Julio Serna, ex jefe de gabinete del gobierno de Mancera, y se dice que va como un activo que incrementará el abanico de relaciones públicas con los sectores de interés de la perredista y del Frente. El cambio se da en uno momento en que los números de Barrales, según una encuesta, han aumentado y sólo estaría a cuatro puntos de sus contrincante Claudia Sheinbaum.
Y precisamente en la Ciudad de México a quien siguen pidiendo que se haga algo es al Jefe de Gobierno, Miguel Angel Mancera y al recién estrenado José Ramón Amieva, Secretario de Gobierno; y los que exigen atención, ayuda y justicia son las dos mil familias de La Ciénaga de la Delegación Tláhuac, quienes el mes pasado cumplieron dos años de que fueron desalojadas de su predio y les destruyeron sus casas dejándolos en completo abandono. En la semana los colonos, que sea han acercado al Movimiento Antorchista para que los ayude en este problemática, seguirán realizando denuncias en lugares estratégicos de la ciudad para decirle a los capitalinos que el PRD no cumple y engaña a sus gobernados. Por el momento, querido lector, es todo.
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