- Iván Restrepo, amigo personal del músico cubano, ofreció una sesión de escucha acompañado de María Victoria y Pável Granados
El maestro Dámaso Pérez Prado manifestó en vida que en Cuba, su país de origen, no lo querían tanto como en México. “Siempre dijo que su fama se la debía a nuestro país, a su público y a los músicos”, expuso Iván Restrepo, amigo personal del músico, en sesión de escucha realizada en la Fonoteca Nacional.
La actividad que llevó por nombre Dámaso Pérez Prado. Cien años del Rey del Mambo, el investigador hizo un recorrido biográfico, musical y fílmico del creador también conocido como “Cara de foca”, acompañado de la actriz y cantante María Victoria y Pável Granados, coordinador del Catálogo de Música Popular Mexicana de la Casa de los Sonidos de México.
Ante una audiencia que llenó en su totalidad la Sala Murray Schafer, la tarde del 7 de junio, Restrepo hizo énfasis en cuatro fechas importantes del músico: su nacimiento el 11 de diciembre de 1917, su llegada a México en 1948, su “injusta” expulsión en 1953 y su regreso al país en 1964.
Iván Restrepo comentó que en Cuba los arreglos de Pérez Prado no eran bien vistos por los revolucionarios, y que llegó un momento en que sólo le pagaban 5 pesos por cada trabajo que realizaba.
“En México el músico y compositor alcanzó la gloria y universalizó al mambo. Llegó al país a fines de 1948, apenas con una maleta. Fue Ninón Sevilla quien lo alojó en su casa y le encontró un departamento en el centro de la ciudad”.
El también coleccionista mencionó que entre los años 1949 y 1953 el artista grabó sus mambos más famosos con una orquesta sin igual. “Fue el respetable público el que lo consagró y lo disfrutó en el cine, el teatro, los discos y los salones de baile”, apuntó.
Pero ante su éxito, el músico tenía muchos enemigos y mala prensa, señala Restrepo. “Al salir por vez primera de gira a Estados Unidos, algunas columnas de espectáculos lo despidieron para siempre augurando su fracaso, con el deseo de que no produjera más ruidos insoportables”.
En la sesión de escucha se presentaron temas poco conocidos del compositor, y algunos fragmentos de producciones en las que la música de Pérez Prado fue protagonista, entre ellas Víctimas del pecado (1951), Coqueta (1949), y Los apuros de mi ahijada (1951), en la que se escucha el Mambo No. 8.
La sesión de escucha se realizó en marco de la exposición ¡Yo soy! ¿Quién?, El rey del mambo, integrada por fotografías, documentos, stills y acetatos. Estará en exhibición hasta el 31 de julio del 2018, en la sala René Villanueva de la Fonoteca Nacional.