- El Presidente Enrique Peña Nieto llevó a cabo la declaratoria de apertura de esta muestra, en el marco de los 25 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede
- Se exhibe por primera vez, fuera del Vaticano, la obra Anunciación, de 1555, restaurada exprofeso para su presentación en México
Uno de los mayores compendios históricos y artísticos que da cuenta de la influencia cultural de la religión católica en la civilización occidental fue abierto al público, a través de la magna exposición Vaticano: de San Pedro a Francisco, inaugurada por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la noche del lunes 18 de junio en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Para llevar a cabo la apertura de esta muestra que reúne 180 piezas provenientes de la Santa Sede y de México, el mandatario y la primera dama, Angélica Rivera, estuvieron acompañados por María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura; Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM; Jean-Louis Bruguès, delegado oficial de la Santa Sede; José Antonio González Anaya, secretario de Hacienda y Crédito Público; Bárbara Jatta, directora de los Museos del Vaticano; Bertha Cea, coordinadora del Mandato del Antiguo Colegio de San Ildefonso; y José Ramón Amieva Gálvez, jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Al referirse a la exposición que exhibe obras maestras de Rafael, Tiziano, Bernini, Paolo Caliari “El Veronés”, Guido Reni y Marcello Venusti, Enrique Peña Nieto afirmó que estos 25 años en los que México ha reconocido al Vaticano como un Estado, se enmarcan espléndidamente con esta exposición que refrenda además la posición de México como Estado laico que respeta la libertad de expresión y de credo.
Finalmente José Ramón Amieva Gálvez, jefe de gobierno de la Ciudad de México, dijo que esta muestra permitirá conocer y admirar dos mil años de historia que se integrarán al circuito cultural de nuestra urbe y sus grandes museos en la zona del Centro Histórico.
Durante el recorrido inaugural, guiado por el arquitecto José Enrique Ortiz Lanz y Antonio Berumen, el público pudo disfrutar de otras piezas como el Busto de San Pedro, de Raffaele Capo; la Custodia Lateranense, pieza dorada con esmeraldas y rubíes, así como el fragmento de piedra con thiasos dionisíaco en relieve, del siglo I antes de Cristo y, el martillo de oro con el que se certifica la muerte de los pontífices.