SAN PETERSBURGO, Rusia.- El Mundial está hecho para las potencias.
Pueden existir animadores en una Copa del Mundo, pero Francia demostró que los grandes son quienes llegan a lo mejor de la fiesta y con el 1-0 sobre Bélgica mostró sus blasones para encumbrarse ya en la Final de Rusia 2018.
“¡Marchons! ¡Marchons!”, entonaron los aficionados franceses cuando caminaron precisamente a su cita con la “batalla” en el Estadio de San Petersburgo por el parque aledaño donde las banderas con azul, blanco y rojo se agitaron hasta el ingreso a la tribuna.
Y en la cancha tuvieron la respuesta a su fervor.
Al amanecer del segundo tiempo, el 51 en el reloj, uno de sus jugadores con raíces africanas, Samuel Umtiti elevó al equipo a la gloria en remate con la cabeza que por fin venció al que parecía una muralla en la primera mitad, Thibaut Courtois.
Sólo un despiste tuvo uno de los dos equipos, mínimo por parte del belga Marouane Fellaini al perder la marca de Umtiti, pero suficiente para que se rompiera un juego extremadamente táctico y técnico y se definiera a un vencedor.