Miguel Ángel Casique Olivos
Apenas comienza a salir de un problema, pues el gobernador recibió críticas por la desinformación que prevaleció las primeras horas del derrumbe de mina en Hidalgo, y el gobernador Omar Fayad, ya tiene otro y otros problemas encima. Y es que el viernes tras el derrumbe de una mina en Hidalgo, donde hubo al menos cuatro muertos, los días posteriores no le han sido muy favorables al gobernador priista.
En la mina que se comenta, es de tipo comunitaria y por tanto no depende de ninguna empresa; por tanto se instruyó a las autoridades a que se realice una investigación sobre las condiciones de trabajo en que operaba; pero lo cierto es que el hecho se da bajo el gobierno priista y fue muy criticado porque primero se manejó que habría cinco muertos, luego que sólo era una persona y, después, que cuatro personas estaban desaparecidas, hubo desinformación.
Pero, no sólo es esto. Desde los primeros días del mes en curso, el gobernador Omar Fayad «comenzó» una confrontación en el Congreso local con los seguidores de Damián Sosa Castelán y Abraham Mendoza; y aunque estos últimos se han mostrado irresponsables y prepotentes tras los actos vandálicos que ocasionaron al interior de la Torre Legislativa, durante una manifestación de simpatizantes de Morena, lo cierto es que el ejecutivo estatal también ha caído en su juego, todo por seguir manteniendo el coto de poder en el estado y tratar de blindarse en el Congreso local.
Y aunque el gobernador tiene razón en criticar la prepotencia y agresividad de los diputados de Morena, pues entran en funciones hasta el 1 de septiembre, y ya quieren mandar desde ahora, -línea que seguramente viene desde el virtual presidente electo-; el mismo gobernador hidalguense señaló que algunos diputados que obtuvieron un lugar en el congreso ganaron gracias al apoyo de AMLO, pero que de éste no tienen ni el cariño ni el respeto. Aun así, lo que en Hidalgo se vislumbra para el futuro es no un acuerdo, sino una confrontación constante entre los grupos de poder de Omar Fayad y Gerardo Sosa Castelán.
Pero en Hidalgo, las cosas no terminan ahí, en la mera capital existe ya, desde hace más de tres meses un plantón frente a la Presidencia Municipal, contra la alcaldesa panista Yolanda Tellería Beltrán, que se niega rotundamente a resolver las demandas de obra social para los pachuqueños, pues resulta que en la petición de los demandantes, pertenecientes al Movimiento Antorchista, al gobernador de Omar Fayad Meneses para que intervenga, aplica simplemente el no los veo, no los oigo y no los escucho.
Al gobernador de Hidalgo se le han estado complicando las cosas en Pachuca, en la Huasteca y en Huejutla, donde miles de campesinos están solicitando a sus presidentes municipales atención inmediata de apoyos para el campo, así como vivienda, drenajes, escuelas, y beneficios para sus comunidades; pero el gobierno prefiere seguir con su política de ignorar a sus gobernados y a las verdaderas organizaciones sociales como la que dirige la líder social, Guadalupe Orona Urías, que bien visto podría ser un aliado en llevar a Hidalgo por un gobierno estable y sin sobresaltos.
Mañana habrá una protesta de 5 mil antorchistas en Hidalgo, la petición de demanda es que el gobernador cumpla compromisos que firmó desde el 2017 y que instruya a sus funcionarios de gobierno para que intervengan y «controle» a presidentes municipales de otros municipios del estado que están actuando con prepotencia y soberbia gubernamental. Aún es tiempo de evitar que las cosas tomen otro camino, la marcha de mañana, nos comentan será pacífica, pero enérgica, y esperan que el gobernador del estado no vaya a utilizar la fuerza policiaca para reprimirla.
El clímax no político…
El tigre recupera algunos dientes… En un encuentro con ingenieros en el Palacio de Minería, donde López Obrador detalló 25 proyectos que consideró estratégicos que impulsará su gobierno; ahí, AMLO dijo que nadie nos va a amenazar con muros, esto en clara referencia y alusión a la barrera que Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, pretende construir entre México y Estados Unidos.
La posición para muchos podría ser aplaudida, pero, como ahí mismo se dijo, México debe convertirse primero en una potencia y cambiar la correlación de fuerzas para mostrar al país como una nación fuerte y que puede sobrevivir sin que dependa económicamente de otras naciones, si eso se logra a medio plazo, cosa que se ve muy difícil, hacer declaraciones como las de ayer no serían desatinadas, hacerlas sin reflexionar no pasarán de ser bravuconadas políticas que tarde o temprano tendrán sus consecuencias; por ahora, veremos que contesta el presidente estadounidense. Por el momento, querido lector, es todo.