ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique
Cuando los gobiernos en sus tres niveles no han querido atender las peticiones de sus gobernados, y éstos recurren a la protesta y manifestación públicas como último recurso para hacerse escuchar, el gobierno en turno recurre a otros métodos para “tratar” de silenciar y callar la inconformidad de cientos y en muchas ocasiones de miles de mexicanos, uno de esos métodos es la represión y la persecución política de los ciudadanos, pero sobre todo contra quienes encabezan a los inconformes, es decir, a sus líderes o dirigentes sociales.
En Hidalgo, miles de habitantes de Pachuca, Huejutla y Huehuetla han venido solicitando, algunos ya desde hace varios años, atención de sus gobernantes para que se resuelvan peticiones en materia de obras y servicios, tales como apoyos para el campo entre fertilizantes y otros insumos, o drenaje y apoyos en vivienda y educación en Pachuca y otros municipios del estado; la respuesta siempre ha sido negativa y en algunos casos de prepotencia y soberbia por parte de los presidentes municipales pues han dicho no tratan con agrupaciones y organizaciones sociales.
Pues resulta que en esas tres zonas de Hidalgo, los tres alcaldes que no quieren atender a los habitantes son la panista Yolanda Tellería, de Pachuca; Raúl Badillo Ramírez, en Huejutla y Efraín García García, en Huehuetla; ellos no sólo no han escuchado o recibido en audiencia al grupo de hidalguenses que pertenecen al Movimiento Antorchista, sino que se oponer a la iniciativa de conseguir y tener mejores codicies de vida para las familias campesinas y de la zona urbana de Pachuca.
Ante esta situación, el antorchismo hidalguense realizó antier una protesta con 5 mil personas para solicitar al gobernador Omar Fayad Meneses, que los recibiera y de viva voz solicitarle su intervención en estos tres lugares. Ademas, pedirle a él mismo que cumpla con acuerdos y promesas que hizo en reuniones que se realizaron a finales del 2017, la respuesta fue un absoluto silencio por parte del gobierno hidalguense.
Las cosas en Hidalgo no parecen ir bien, pues nos comentan que tras la marcha de esta semana y muy cerca del domicilio donde habita la dirigente social, Guadalupe Orona Urías, misteriosamente comenzaron a “volar”, en al menos dos ocasiones, unos drones con la clara intención de captar imágenes de la zona. Las preguntas para el gobierno estatal están ¿Por qué estas acciones? ¿Será que quieren intimidar a los dirigentes antorchistas para que no sigan con la lucha de encabezar a los pobres de Hidalgo?
A los gobiernos, y en particular al de Hidalgo, no se les debe olvidar que el derecho a la protesta y manifestación públicas están respaldadas en nuestra Constitución Política, y es un derecho que tiene todo ciudadano si es ve violentando sus derechos y no son escuchados y atendidos por sus representantes de gobierno. Parece que en Hidalgo no hay nadie que atiende en Palacio de gobierno y al ejecutivo estatal le interesa más estar viendo cómo arregla o pone a modo el congreso local para que se blinde tras los cambios que vendrán en el futuro cercano; pero, en la atención a la ciudadanía, oídos sordos y cero soluciones. El gobierno de Omar Fayad aún está a tiempo de rectificar y entender que ese camino no es el correcto, pues en hidalgo la inconformidad social puede crecer en las próximas semanas.
El clímax no político…
Sólo 20 profesionales como “Ayudantía”. Tras la segunda reunión de Andrés Manuel López Obrador con el aún presidente Enrique Peña Nieto, y en una conferencia de prensa, el presidente electo de México rechazó nuevamente la petición de EPN para usar el Estado Mayor Presidencial antes y después de tomar posición; ante esto, anunció que con él andarán 20 personas, 10 mujeres y 10 hombres, todos “profesionales” y que lo acompañarán en sus recorridos por el país, pero que no serán guardia personal ni guaruras (eso sí, dijo Tatiana Cloutier en una entrevista, serán grandes). A este veintena de personas Obrador les llamó grupo de “Ayudantía.
Y para completar el mosaico de inestabilidad que se ve en Hidalgo, ayer en Mixquiahuala, policías mataron a un presunto Huachicolero; tras esto, un grupo mayor, de al menos 50 personas, generaron destrozos en la alcaldía, según los hechos arrancaron en la comunidad de Teñhe, donde efectivos municipales fueron recibidos a tiros durante un recorrido en la zona. Este hecho no es el único en la zona pues la madrugada del 22 de julio, un grupo de cuatro policías municipales fue retenido por habitantes de la comunidad de Dengantzha, luego de que uniformados balearon a los tripulantes de una camioneta que confundieron con huachicoleros. Una policía ineficiente que confunde y ataca a gente indefensa e inocente. Por el momento, querido lector, es todo.