- La exposición Rufino Tamayo en el Tamarind Lithographic Workshop presenta 26 de las 28 litografías que el artista realizó en 1964
El 90 por ciento de las obras gráficas que Rufino Tamayo creó en 1964 durante su estancia en el Tamarind Lithographic Workshop, el taller de experimentación neoyorkino, se muestran en la exposición Rufino Tamayo en el Tamarind Lithographic Workshop que estará en exhibición hasta febrero de 2019 en el recinto que lleva el nombre del artista oaxaqueño.
Se trata de una oportunidad única para admirar esta obra, ya que la muestra reúne 26 de las 28 litografías que Tamayo hizo en ese taller y que ahora se encuentran en diversas colecciones pertenecientes a los herederos del maestro, para compartir con el público un pequeño capítulo de la trayectoria de Tamayo como artista.
Juan Carlos Pereda, subdirector de Colecciones del Museo Tamayo, destacó que el trabajo gráfico de Tamayo es muy amplio y paralelo a su trayectoria como pintor, pues abarca 75 años ya que se dedicó a la gráfica desde los años 20 hasta un poco antes de morir.
Esta exposición, dijo, presenta la experiencia que el pintor vivió en 1964 cuando fue invitado a participar en elTamarind Lithographic Workshop, junto a otros artistas internacionales, en un proyecto para revitalizar la litografía, que es básicamente un dibujo coloreado y que había quedado en desuso.
Lo que hizo Tamayo en el Tamarind, según Juan Carlos Pereda, fue extraordinario pues renovó la gráfica impresa como también renovó la pintura. México es un país de artistas gráficos con grandes figuras como Leopoldo Méndez que hacía una litografía impecable, tradicional, ortodoxa, en cambio Tamayo, la nutre, la enaltece y lleva la gráfica a lugares insospechados.
Esta muestra presenta la gráfica más sofisticada de Tamayo, Hombre transparente que deja ver al papel como valor artístico, pues tiene espacios en blanco que le dan cierta vibración a la obra.
En la serie Fantasma, Tamayo hizo algo que hasta ese momento no había ocurrido en la gráfica: dejar ver el proceso artesanal, subterráneo y casi secreto de la litografía, al presentar cada parte del proceso: el dibujo inicial, luego con textura y finalmente el mismo dibujo entintado en color.
Los asistentes también podrán apreciar litografías en blanco y negro que si bien parecen a una tinta, en realidad tienen tres: una negra opaca, una transparente y una brillosa, donde el artista deja visibles también los trazos generados por el crayón.