Por: Aquiles Córdova Morán
En un solo día, el diez de septiembre, aparecieron dos ataques mediáticos en contra de dos municipios en los cuales triunfaron los candidatos antorchistas a las alcaldías respectivas: Chimalhuacán, en el Estado de México y Santa Clara Ocoyucan, en Puebla. Menciono estos dos ataques por ser los más recientes, pero aclaro que no son los primeros ni los únicos.
El ataque a Chimalhuacán lo leí en El Valle y en su versión digital elvalle.com. Dice así: “Registra OSFEM (sigla de Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México) inconsistencias en Chimalhuacán: Romero. Raúl Romero Ávalos, Presidente del Comité Municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigió la inmediata intervención de Fernando Baz Ferreira, auditor del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) y de Victorino Barrios Dávalos, contralor del Poder Legislativo, para realizar una auditoría a las arcas del gobierno de Chimalhuacán, a fin de descartar un posible desvío de recursos de la ciudadanía”. Nótese que el perredista “exige” una auditoría para comprobar, o desechar en su caso, un posible desvío de fondos; no formula una acusación concreta porque no tiene ninguna prueba para ello.
A continuación afirma que “se tomó esta medida precautoria” (¿qué medida precautoria “se tomó”? Su exigencia no es ninguna “medida precautoria”. El señor no sabe lo que dice) debido a que la OSFEM realizó “observaciones” al presidente municipal interino y a su tesorero por “diversas inconsistencias en la hacienda municipal; y sobre todo, después de corroborar el despido de centenares de trabajadores” (¿Quién lo “corroboró”, la OSFEM o Raúl Romero? Y si fue este último, ¿cómo lo hizo y con qué facultades lo hizo? Y más todavía, el despido de trabajadores, justificado o injustificado, no constituye un indicio de desvío de recursos por parte del empleador. Nuevamente el perredista se hace bolas). Remata el Savonarola perredista: “… esta crisis sociopolítica y administrativa (¿crisis sociopolítica y administrativa? ¿A que le llama crisis sociopolítica este señor?) se agudizó tras darse a conocer públicamente que el Tribunal Electoral del Estado de México podría anular el triunfo electoral del virtual presidente electo, Jesús Tolentino Román Bojórquez, debido a las anomalías registradas durante su campaña de proselitismo”.
Pues, con todo respeto señor presidente del PRD, de una “crisis sociopolítica y administrativa” no se desprende una auditoría del Órgano Superior de Fiscalización, como usted “exige”, y, además, no se ve la relación entre tal “crisis” y la anulación del triunfo de Jesús Tolentino Román por el Tribunal Electoral mexiquense, como usted afirma. En cambio sí se ve, y de modo muy transparente, la relación entre sus sandeces calumniosas y su inocultable deseo de contribuir con ellas a despojar a Tolentino de su legítimo triunfo, para entregárselo a alguien de sus simpatías o tal vez a usted mismo. Y a propósito, ¿quién dio a conocer “públicamente” la intención del Tribunal Electoral? ¿Cómo la conoció Raúl Romero? ¿Es adivino o tiene pacto con algún poderoso que sí tiene acceso a información que, por definición, debe mantenerse en secreto? ¿No huele todo esto a una sucia maniobra para presionar al Tribunal y obtener con trastupijes lo que no ganaron en las urnas?
En el caso de Santa Clara Ocoyucan, Puebla, las cosas no andan mejor. La nota, que fue recogida por varios medios entre los cuales solo El Sol de Puebla merece respeto y credibilidad, presenta una evidente uniformidad de estilo y contenido, lo que permite presumir que se trató de un boletín redactado y enviado a toda la prensa por una misma mano. Comienza así: “Por la inseguridad y violencia, pobladores amagaron toma de la alcaldía de Ocoyucan”. Luego detalla: “Asesinatos, secuestros, robos con violencia e ingobernabilidad viven los habitantes de Santa Clara Ocoyucan, por esta razón este domingo efectuaron una reunión en la plaza central, donde advirtieron la toma indefinida de las instalaciones de la presidencia municipal si el alcalde no atiende la problemática”. Nótese que se habla de “los habitantes de Santa Clara Ocoyucan”, dejando entender que se trata de todos, o al menos de la inmensa mayoría, lo cual es un truco muy conocido para inflar un problema y el peligro que encierra de no ser atendido. En segundo lugar, nótese que la violencia que se denuncia no se precisa ni cuantifica para Ocoyucan, se menciona en general, por lo que resulta ser la misma que viven muchísimos municipios y estados completos del país. Y es, por tanto, una locura o una perversa y maligna maniobra, exigir a un modesto alcalde como el de Ocoyucan que resuelva de raíz un problema que no ha podido resolver el Gobierno de la República, con todo su poderío y recursos.
Sigue la nota: “Al medio día los pobladores (¿quiénes? ¿cuántos?) se congregaron para denunciar que el ex candidato de MORENA (¡Por fin aparece la madre del cordero! Son los pseudomorenistas y no “los habitantes” de Ocoyucan los que están moviendo el pandero) a la alcaldía de Ocoyucan, Pascual Tenahua, fue amagado al interior de su domicilio, en donde lo golpearon hasta dejarlo inconsciente a él y a su familia.” (¿Qué autoridad competente dio fe de los hechos? ¿O cómo respaldan los acusadores esta denuncia, cargada de odio para exacerbar los ánimos y hacer estallar la violencia asesina entre los ocoyuquenses?). “Tenahua Villa había sido amenazado de muerte unos días antes (¿Por quién? ¿Dónde? ¿Quién dio fe del hecho?) por su oposición al actual gobierno administrado por la agrupación filial al PRI, Antorcha Campesina”. (Faltó añadir: y cuyo candidato triunfó en la pasada elección, lo que es una prueba irrebatible de que “los habitantes” de Ocoyucan están satisfechos con el trabajo de esa organización). “Por esta razón, Tenahua Villa y Arturo Robles Herrera exigieron al gobierno del estado asumir el control de la seguridad del municipio, ante la omisión de las autoridades locales”. (¿Omisión solamente y no comisión? ¿Tan pronto se les olvidaron los delitos que más arriba les imputan? Y ¿de veras estos señores le plantan cara al gobierno? ¿O más bien le piden auxilio para hacerse con el poder municipal que no ganaron en las urnas?)
Hasta aquí los ataques. Cabe preguntarse: ¿por qué Chimalhuacán y Ocoyucan? ¿Qué tienen esos municipios que los vuelve tan codiciados para los “izquierdos?”
Chimalhuacán es una pieza de caza mayor. Sus ochocientos mil habitantes lo convierten en una gran ciudad y en un poderoso bastión político; en un gran reservorio de recursos humanos, económicos, comerciales y materiales, sobre todo de los empleados en la construcción, hoy tan demandados por el nuevo aeropuerto. Además, no debe olvidarse que se ubica en la zona oriente del Estado de México, pegadito a la capital del país y también al nuevo aeropuerto. Esto bastaría para explicar el acoso de vivales que hoy se desgañitan contra los antorchistas, cuando en el pasado convivieron en buena paz y compañía con el desgobierno corrupto, ladrón y asesino de la afamada “Loba de Chimalhuacán”. Pero hay más. El nuevo aeropuerto elevará a la enésima potencia el valor de los terrenos colindantes, y ahí entran las 200 hectáreas que le han sido legítimamente reconocidas a Chimalhuacán para un proyecto de desarrollo industrial, comercial, educativo, deportivo y de rescate ecológico en beneficio de la población más vulnerable de este municipio. El Centro Estratégico de Recuperación Ambiental del Oriente (CERAO) de Chimalhuacán, puede convertirse en un verdadero polo de desarrollo, de atracción de inversión y de creación de empleos bien pagados para la gente; pero también en un jugoso negocio en manos de los voraces especuladores que pululan por todas partes. De ahí la alianza de Luege Tamargo (extrema derecha) y el presidente del PRD chimalhuacano (“extrema izquierda”) para sacar a Antorcha del poder y alzarse con los grandes negocios que ofrece Chimalhuacán.
Ocoyucan es algo parecido. Las grandes inversiones y los grandes desarrollos inmobiliarios, comerciales y urbanísticos de Puebla han crecido hacia los límites con este municipio vecino a la capital, lo que ha elevado enormemente el valor de sus tierras ejidales. Antorcha, por supuesto, no es enemiga de este desarrollo que acarrea progreso, pero sí defiende a los humildes comuneros para que vendan solo si esa es su voluntad, y no por presiones y amenazas; y para que reciban lo justo por sus tierras. Pero están los Tenahuas y los Robles Herrera que se frotan las manos por traficar con esos terrenos, rematándolos a precio de regalo a cambio de jugosas “mordidas” para ellos. A esos señores les estorba Antorcha en el gobierno municipal. Y hoy, con la victoria aplastante de MORENA a escala nacional, creen poder intimidar a tribunales electorales y gobiernos estatales para que fallen en su favor, pisoteando la ley y estuprando a la democracia, para entregarles un poder que no ganaron en las urnas.
Esto es todo. Pero basta y sobra para explicar los escandalosos ataques en contra nuestra. Llamo a los antorchistas y a las masas populares de Chimalhuacán y de Ocoyucan a que no se dejen engañar ni intimidar; a que defiendan lo suyo con tenacidad y valor, lo que en justicia les pertenece. Y también a sus presidentes municipales antorchistas, que se están jugando la vida a su lado por defenderlos de los lobos con piel de cordero, esos que los quieren dejar en cueros mientras ellos se llenan los bolsillos.