ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Las giras de agradecimiento del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ya están canceladas; desde el pasado 13 y 17 de octubre cuando iría, primero a Zitácuaro, posteriormente a Pátzcuaro, Zacapu y Puruándiro; mañana estaría en Uruapan, Lázaro Cárdenas y Morelia, la capital, pero ya no irá; el territorio de Silvano Aureoles donde tendría un evento masivo en la plaza pública se quedó huérfano de un discurso ya casi aprendido a detalle.
Según se comenta, la cancelación se debió a que el tabasqueño ha decidido concentrarse en la revisión y planeación de algunos puntos de la transición del 1ro de diciembre; también hay quienes dicen que en realidad deja su recorrido porque en los estados que le faltaba recorrer no tendría la misma «simpatía» y público; incluso, se maneja que en estados como Michoacán y Puebla, las cosas se le pondrían color de hormiga.
El tabasqueño hace bien en dedicarse a atender aspectos de la transición y también para comenzar a ver, con su gabinete y asesores, algunos problemas que ya están a la vuelta de la esquina o, incluso, ya se están pasando para resolverse. Por lo pronto, este 26 de octubre arrancará la consulta para decidir si continúa la construcción del NAIM en Texcoco o se irá a Santa Lucía.
Él, sin lugar a dudas, tratará de imponerse y hacer todo para que el proyecto vaya a Santa Lucía, -que donde por cierto ni los mismos habitantes de ese lugar les pedirán su opinión, pues se comenta que ahí no habrá urna o mesa de consulta-; sin embargo, la primer imposición disfrazada de consulta popular pude cambiar de giro radicalmente debido a dos cosas; primero, por la posición de Aerolíneas extranjeras y la de grupos empresariales que este miércoles se ve más tensa y más definida, o también porque gente del mismo grupo de Morena, como Higinio Martínez, apoyan la opción de Texcoco y no están muy de acuerdo con su jefe.
Segundo, si AMLO se deja ayudar por su gabinete y asesores, tendrá que optar donde más beneficio en imagen pueda obtener, donde pueda mantener y contener de “popularidad”. Entonces, eso tendría que llevarlo a concluir que la mejor opción es Texcoco, aunque tenga que imponerse con algunos acuerdos previos como el que ya habría hecho con el propio gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo.
Esta segunda opción también le ayudará a lanzar, con bombo y platillo, que la decisión la tomó el pueblo y que en la consulta quien decidió fue el ciudadano y que, por tanto, él sabrá escuchar al pueblo para gobernar; sería, pues, una manipulación más para seguir haciendo creer la población que el gobierno entrante puede resolver los principales problemas del país, si todo va a consulta.
El clímax no político…
Otro de los problemas que tendrá que atender rápidamente será la caravana de migrantes, pues, en los primeros días de gobierno estará más calientito el asunto; además, si continúa con su propuesta de que podría darle empleo a esos migrantes, también tendrá que planear qué les dirá a los mexicanos que no tienen ni con qué comer o vestirse, es decir, a aquellos que no tienen empleo y que también necesitarán de ayuda de «su gobierno» morenista.
Donald Trump no quiere que los migrantes lleguen a la frontera, Peña Nieto dice que no se aceptarán ilegales y que menos si son violentos; hasta el momento no se ha desatado ningún brote de violencia porque la caravana ha podido avanzar, pero… qué va a pasar cuando el gobierno de Enrique Peña les ponga un alto o cuando les diga aquí ya no pasan. La mira, por lo pronto, de los migrantes está hacia la Ciudad de México. ¿Los dejará entrar el gobierno de EPN? Si no lo hiciera, ¿cómo van a reaccionar los migrantes? En ese momento, los problemas empezarían para los mexicanos que hasta ahorita han sido solidarios y humanistas. El nuevo gobierno, pues, debe estar preparado para esto. Por el momento, querido lector, es todo.