Miguel Ángel Casique Olivos
En el mundo hay una inminente escasez de agua; tanto, que es probable que en una década, alrededor del 2030, el 50 por ciento de la población mundial viva en zonas donde el vital líquido no alcance para todos y se convierta en la mercancía del mundo más codiciada y generadora de problemas entre las naciones y los pueblos, en donde los gobiernos puedan hacer poco o casi nada para remediar la situación.
Según información reciente, al menos dos millones de personas están muriendo por año debido a la falta o escasez de agua potable y se sabe que en unos 10 o 15 años, la mitad de la población, algo así como tres mil millones de hombres, vivirán en áreas en las que no habrá suficiente suministro de agua.
De los más de mil millones de billones de litros de agua del planeta, más del 97 por ciento es salada, es decir, solo el tres por ciento es apta para el consumo humano; de ésta, dos terceras partes está en los glaciares y la que resta está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos; hay pues, un porcentaje muy bajo de agua disponible para la humanidad.
Hace unos días, en la Ciudad de México, alrededor de 10 millones de mexicanos, entró en pánico tras el anuncio de que el suministro de agua sería suspendido de tres a cinco días, debido a que uno de las principales fuentes de abastecimiento, el Cutzamala, necesitaba mantenimiento obligatorio; la población comenzó a ahorrar agua, indispensable para realizar todas sus actividades.
Lo que se requiere de agua en el planeta cada año es en término medio cuatro billones de litros, y poco a poco se están acabando las fuentes naturales de abasto, por lo que ahora los gobiernos de cada nación deben instrumentar políticas públicas de concientización y de fortalecimiento de las principales fuentes de este recurso necesario para la vida del hombre.
Para cocinar y beber, dicen quienes han estudiado el tema, se requieren diariamente entre 15 y 20 litros de agua; unos 45 litros para producir una rebanada de pan y unos 48 litros para bañarse; para para producir una hamburguesa se necesitan dos mil 800 litros. Sorprendente, ¿no? El agua se acaba en el mundo y amenaza con generar conflictos y guerras entre las naciones; dentro de pocos años será más codiciada que el petróleo o como para los conquistadores españoles fue el oro.
La falta de agua puede provocar inestabilidad social y la vida humana estaría seriamente amenazada; el agua en el capitalismo, cuando todo es mercancía, se ha convertido en un tema prioritario para las gobiernos, que deberán implementar acciones globales para controlar eficientemente los mantos acuíferos.
La escasez de agua también tiene su origen en la actividad expoliadora de empresas muy poderosas, que se apropian el vital líquido. Especialistas del Foro Económico Mundial y de otras instituciones han calculado que para el año 2030 habrá una demanda de agua 40 por ciento más alta que no se va a poder atender; la afectación impactará directamente a la agricultura y elevará los precios de la mayoría de los alimentos.
Cada 22 de marzo se festeja el Día Mundial del agua; gobiernos, organizaciones e instituciones reflexionan sobre el tema y han intentado soluciones como, por ejemplo, purificar el agua por medio de la destilación por compresión de vapor, es decir calentando el agua sucia para que se convierta en vapor y luego condensarla para conseguir agua potable; suena lógico, pero el procedimiento es muy costoso e ineficiente.
Otras medida son la administración del agua disponible, evitando las fugas subterráneas que causan la pérdida diaria de 45 millones de metros cúbicos de agua dulce; y la desalinización, que ha sido una propuesta viable, aunque no sea tan sencilla como parece, pues exige un gasto muy elevado de energía y resulta muy costoso.
Las crisis y guerras por el agua son más que evidentes; también aquí, los países imperialistas plantean acciones para concentrar y apoderarse del agua dulce. Suman ya 31 los países que enfrenan problemas por falta de agua y se sabe que en 2025 estallarán guerras por el agua en Chile, Turkmenistán, Namibia y Macedonia.
En México, según datos del INEGI, hay alrededor de 29 millones de hogares y solo 21 recibía agua diariamente, 4.1 cada tercer día y 1.6 millones dos veces por semana, mientras que un millón la recibe cada semana. “Miles de personas han sobrevivido sin amor; ninguna sin agua”, enfatiza el ensayista y poeta Wystan Hugh Auden, verso que ahora recobra actualidad. Los gobiernos de todas las naciones deben atender el problema para evitar la muerte de la humanidad si llegara a faltar este vital líquido.
El clímax no político…
¡Felicitaciones! A quienes sí se debe reconocer y hasta enviar felicitaciones es a los organizadores del XIX Encuentro Nacional de Teatro y el XIV Concurso Nacional de Pintura, ambos encuentros que se realizaron este fin de semana, del 16 al 18 de noviembre, en la ciudad de San Luis Potosí, los eventos resultaron exitosos y en el encuentro teatral se coronaron triunfadores Puebla y el Estado de México; ahí se dijo que hay que educarse para que el conocimiento sea un arma de transformación del país y que el cambio que se planteó el Movimiento Antorchista, desde hace 44 años y donde sus aliados de gran importancia son el pueblo y la historia, se lleve a cabo.
Aquiles Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista dijo que el capitalismo se ha empeñado en disfrazar la realidad, poniéndole nombres engañosos a las diversas agresiones por parte de Estados Unidos, como “Revolución de colores”, o usando el lenguaje para reducir los verdaderos problemas.
Por lo anterior, dijo que es urgente conocer la realidad, aquella que es disfrazada para no afectar a los intereses del capitalismo y hay que conocer las necesidades que el pueblo tiene y que no serán resueltas de raíz en tanto no cambie del modelo económico. “Vivimos engañados, manipulados y nos hacen creer en verdades absolutas, esto de alguna manera está matando las capacidades de pensar de la humanidad, nos hacen pensar que hay que sufrir” para llegar a mejores cosas; por eso dijo que es necesario ser más críticos, a educarse, de tal forma que el conocimiento sea un arma para la transformación, y entre los instrumentos más eficaces para educarse se encuentra el teatro. Por el momento, querido lector, es todo.