Miguel Ángel Casique Olivos
Andrés Manuel López Obrador se colocó la banda presidencial y ya es Presidente de México. Ahora ya no puede hablar de “la mafia del poder” o de su tema predilecto, la corrupción gubernamental, a menos que quiera darse un tiro en el pie; aunque seguramente otros hablarán de esto y más.
Hace unos días, cuando dio su discurso frente a las Fuerzas Armadas enfatizó que él se quería referir a los instrumentos con los que iba a contar para hacerle frente a la inseguridad, señaló que la Ciudad de México tenía más policías, y dijo que tan solo en tres o cuatro corporaciones tiene 80 mil policías, mucho más que los 20 mil de que dispone el Presidente de la República; según esto, se podría deducir que al formar la Guardia Nacional va a incrementar el poder en las Fuerzas Armadas y de él mismo.
Lo interesante de esto es que, según se dijo ahí y se ha venido poniendo de manifiesto, el Presidente quiere tener el control directo sobre la política de seguridad, por eso no delegó el tema a la Secretaría de Gobernación o al Secretario de Seguridad Pública, al de la Defensa o al de la Marina. Él quiere seguir mostrando quién tiene el control; pero el verdadero problema es que todo lo planeado durante cuatro meses ha sido con malos diagnósticos.
Algo que sin duda será un problema tras la toma de protesta de este sábado, es la oposición de servidores públicos a la reducción de sus salarios por debajo del tope de los 108 mil pesos que ganará el Presidente; el tema está creciendo tanto que ya lo vimos con el hecho, sin precedentes, de que magistrados y jueces elaboraron una “Demanda de amparo modelo” y lo que se sabe es que con eso van a enfrentar las iniciativas de reformas que el Congreso presentó y aprobó.
Esa demanda fue impulsada por la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; y es herramienta que se usará para echar atrás estatutos aprobados e impulsados por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena); se comenta, incluso, que esto es el inicio de la batalla legal contra el nuevo gobierno por violar la autonomía del Poder Judicial de la Federación.
Esto llama la atención, porque nunca antes había ocurrido y todo ha sido ocasionado por las propuestas de Morena en las cámaras de Diputados y Senadores. María Aguilar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio la orden para que se integrara una comisión de alto nivel para abrir un canal de comunicación con los juzgadores, a fin de que éstos atendieran las inquietudes que despertaron las propuestas legislativas, pero esto no tuvo mayor efectividad.
Así se sabe que son dos las vías para impugnar la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, expedida el cinco de noviembre: el amparo y el juicio de inconstitucionalidad; la primera es la que han usado ya muchos jueces y magistrados, que se han amparado; ya se habla de que serán, al menos, mil 300 los que apelarán a este recurso; la cifra, sin embargo, aumentará, pues los funcionarios del actual gobierno también recurrirán al amparo, al que se sumarán organismos autónomos como el INE, la CNDH, la IFT, el INAI, el INEGI o la COFECE, donde los sueldos están por arriba de los 108 mil pesos, tope que aprobó el gobierno morenista.
Pero el Presidente no controla todos los aspectos del gobierno; prueba de ello es el tema del combate a la inseguridad, que no podrá desaparecer con la sola creación de la Guardia Nacional.
A muchos mexicanos inquieta su obstinada insistencia en declararse superior a la democracia, su desprecio hacia las leyes, que no dudará en modificar a su antojo, manipulándolas para justificar sus decisiones, como ya ha ocurrido con las dos consultas a modo que promovió. Llegó el 1o de diciembre, pero el amor, la paz y la Cuarta Transformación, seguirán siendo solo promesas.
El clímax no político…
Y si usted creyó que ya lo había visto todo, pues le decimos que no. Le compartimos este mensaje en twitter de don Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de diputados, y usted saque sus propias conclusiones; si desea ver las reacciones de los mexicanos, pues échele una visitada a los comentarios de esa publicación.
«Desde la más intensa cercanía confirmé ayer que Andrés Manuel @lopezobrador_ ha tenido una transfiguración: se mostró con una convicción profunda, más allá del poder y la gloria. Se reveló como un personaje místico, un cruzado, un iluminado. La entrega que ofreció al pueblo de México es total. Se ha dicho que es un protestante disfrazado. Es un auténtico hijo laico de Dios y un servidor de la patria. Sigámoslo y cuidémoslo todos.»
Una de las acepciones del vocablo Iluminado es: «Persona que cree tener un poder sobrenatural que le permite realizar algo que los demás no pueden»; bien vale, co motivo de este mensaje, recordar que en nombre de Dios se han hecho muchísimas cosas y muy pocas han sido positivas. Por el momento, querido lector, es todo.