- La Orquesta Escuela «Carlos Chávez» deleitó a 2,500 personas con las cantatas recuperadas por Carl Orff
- Nuestros jóvenes están muy emocionados y el lugar es bello, se presta para este tipo de acciones, espero que se sigan repitiendo: Eduardo García Barrios
Portentosa e imponente, así se escuchó Carmina Burana a cargo de la Orquesta Escuela «Carlos Chávez» y su grupo coral de 150 voces en el Complejo Cultural Los Pinos, la tarde de este domingo 16 de diciembre.
El Helipuerto Presidencial se convirtió en una gran sala de conciertos al aire libre en la que 2 mil 500 personas disfrutaron de las cantatas recuperadas por Carl Orff.
De acuerdo con cifras proporcionadas por personal del recinto, se dispusieron 300 sillas y 500 petates, aunque ante el incremento de los asistentes se colocaron más.
El señor Miguel Quiroz, acompañado de su esposa, arribó a la puerta 3 de Los Pinos alrededor de las 2:00 de la tarde y la fila ya era extensa. Se bifurcaba entre aquellos que se dirigían a las casas de los ex presidentes de México y los que iban al concierto.
El primer acto, O Fortuna, dedicado a la diosa romana de la suerte, arrancó con fuerza e intensidad. La pieza, quizá de las más conocidas, fue identificada por varios de los asistentes que de inmediato comenzaron a grabar con sus celulares.
La gente escuchaba atenta y en silencio ya sea sentados o acostados sobre los petates. Sólo se percibía al coro, los instrumentos y uno que otro avión que circundaba el cielo.
Y es que la música medieval de gran belleza melódica conmovía e invitaba a viaje que iba de la fortuna al amor hasta llegar a la taberna donde reina el juego.
Al término del recital, Mario Méndez Vargas, de 10 años de edad y uno de los integrantes más jóvenes del Coro, no ocultó su emoción porque su voz se escuchara por primera vez en Los Pinos.