- En la sede de la Concamin, engranes, ruedas, cadenas y resortes nuevamente lucen en todo su esplendor en esta obra crítica y reflexiva sobre la actividad industrial
Aunque para Manuel Felguérez tener 90 años es “horrible”, reconoció que llegar a esta edad le ha traído una serie de homenajes, como es la restauración del mural La invención destructiva que creó en 1964 para la sede de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Todos los elementos que conforman esta emblemática obra, como engranes, ruedas, cadenas, tuercas y resortes, nuevamente lucieron en todo su esplendor, gracias a la restauración que, comandada por Lorena Zedillo Ponce de León incluyó, además de la limpieza de las piezas, una reintegración cromática y la creación de una iluminación especial.
El arte, apuntó Manuel Felguérez, es siempre una crítica, en este caso a la industria que está contaminando, de ahí el título de la obra, La invención destructiva que, dijo, es una insinuación y “si no les gusta y les molesta, perdón”.
El escultor aseguró que es “mala idea tener 90 años, es horrible, aunque más vale tenerlos que no llegar”, porque además ha sido objeto de “una bola de homenajes y favores”, como este magnífico trabajo de restauración, gesto que agradeció.
En presencia del también escultor Sebastián y de la bailarina Elisa Carrillo, el presidente de la Concamin, Francisco Cervantes Díaz, celebró el mantenimiento de esta pieza que ha dado testimonio durante 55 años de las decisiones que se han tomado en la industria mexicana que es el motor de México y la gran generadora de empleos.
Señaló que esta restauración forma parte de los festejos por los 100 años de la Concamin, ya que el arte siempre ha sido importante para los industriales mexicanos.