- Las construcciones están vinculadas con su entorno, ya que no son piezas aisladas
La Ciudad de México no está al borde del colapso, al contrario, ha evolucionado y para su preservación es relevante aportar a los futuros arquitectos información sobre los elementos historiográficos locales, externó el doctor Rodolfo Santa María González, profesor-investigador de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Los expertos han elaborado una manera diferente de comprender la historia urbanística de la capital, cuyas “edificaciones no son piezas aisladas, están vinculadas con su ambiente y deben ser concebidas como patrimonio urbano histórico del país”, dijo en la presentación del libro La construcción de la Ciudad de México, siglos XIX y XX. Barrios, colonias y fraccionamientos, coordinado por Enrique Ayala Alonso, Concepción Vargas Sánchez y Gerardo Álvarez Montes.
El doctor José Ángel Campos Salgado, investigador del Departamento de Métodos y Sistemas de ese campus, resaltó la iniciativa de los autores quienes “ayudaron a crear la idea de que la metrópoli está constituida por muchas urbes” extendidas con su propia identidad y arquitectura, y así se ha ido materializando México desde la época colonial hasta la fecha para dar paso a una identidad mayor.
La doctora Vargas Sánchez comentó que en el texto todavía se habla de construcciones que siguen en pie, ya que además de registrar los edificios más emblemáticos “también emprendimos un ejercicio crítico para intentar recuperar el patrimonio erigido en el siglo XX que corre el riesgo de desaparecer”.
La obra recoge varios estudios sobre la transformación de la metrópoli a partir de las reformas impulsadas por los gobiernos liberales, las cuales cancelaron los privilegios de la iglesia y dieron paso al surgimiento de colonias y fraccionamientos, cambiando las condiciones de vida de los habitantes y las arquitecturas domésticas.
El texto está dividido en cuatro secciones: la primera reflexiona sobre una serie de trabajos publicada en torno a la urbe después de la Reforma liberal; la segunda, titulada Siglo XIX y Porfirismo, comprende cinco ensayos sobre el periodo primigenio de la transformación.
La tercera, Primera mitad del siglo XX, muestra estudios sobre algunas fundaciones realizadas después de la revolución de 1910 y, finalmente, el último apartado, que lleva por nombre Segunda mitad del siglo XX, está conformado por cuatro trabajos sobre las obras realizadas a partir de los postulados del movimiento moderno.