- La mayoría del público se sorprendió de los recitales en diversos foros y el talento agradeció la oportunidad de tocar en un lugar tan emblemático
Nuevamente, los visitantes del Complejo Cultural Los Pinos pudieron disfrutar de un paseo soleado el cual estuvo aderezado de cuatro conciertos, en los cuales tanto capitalinos como turistas tuvieron la oportunidad de apreciar la belleza de los sonidos vocales y el poderío de las percusiones.
Y es que este domingo, los ensambles de Percusiones de la Orquesta Escuela Carlos Chávez y el Escénico Vocal, ambos del Sistema Nacional de Fomento Musical, ofrecieron dos conciertos cada uno, a las 12:00 y a las 14:00 horas.
A las afueras de la casa donde habitó Lázaro Cárdenas, una dotación de 12 percusionistas se dio a la tarea de interpretar un repertorio exclusivo de música compuesta para esos rítmicos instrumentos.
Los asistentes, al final de su recorrido por las emblemáticas casas presidenciales, se detenían para poder escuchar, algunos por un momento, otros durante un mayor rato, las bellas y rítmicas melodías interpretadas con gran talento por los miembros de la Orquesta Escuela Carlos Chávez.
Pero no sólo los visitantes disfrutan de los conciertos, pues también los músicos celebran la posibilidad que se les presenta para tocar en un lugar tan emblemático de la ciudad.
Alejandro Martínez, percusionista de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, consideró que es una gran oportunidad “para adueñarnos de un espacio que era de particulares, casi faraónico, para una sola personal, para una institución. Es interesante que como alumnos y como espectadores podamos ya también disfrutar de estos espacios que estaban reservados para las elites. Creo que la gente está entusiasmada y viene bastante”.
Para estos recitales, el Ensamble de Percusiones preparó un repertorio que incluía improvisaciones y temas como Trio per uno, Tocata que es un dueto para marimba y vibráfono,Bend de Peter Martín, pieza que muestra las diferentes formas de tocar la marimba, incluso con arcos y raspadores y una obra de John Cage, de tono ritual que resalta los colores más allá de los instrumentos, pues utiliza latas metálicas y cascabeles.
El público lo mismo pudo disfrutar la interpretación de piezas como Besos robados y El día que me quieras, que fragmentos del musical West side story del compositor Leonard Bernstein, para finalizar con una magnífica interpretación coral de Bohemian Rhapsody de la banda británica Queen.