Miguel Ángel Casique
La medida-acción del presidente López Obrador, de “Ya no va a ser necesario ir a tomas clandestinas», porque se va a ofrecer apoyos a las familias, si se ve superficialmente no está ni pinta nada mal; si las familias mexicanas que se dedicaban al “huachicol” ahora recibirán apoyos de seis mil o hasta ocho mil pesos, cualquiera podría decir que «tiene» un gobierno y un presidente, como coloquialmente se dice, «a todo dar»; sin embargo, la realidad que se oculta va más allá de la simple declaración o la simple acción de entregar dinero, ahora hasta con tandas.
Según el anuncio de ayer, el presidente mexicano, en un plan emergente e improvisado, se va ofrecer apoyos a las familias que se dedican al robo de gasolina; pero lo que no se dice que ese anuncio en realidad es nulo o solo está anunciado para tener efecto mediáticamente.
¿Por qué es así?, por la sencilla razón que la medida parte de lo que ya el presidente anunció, es decir, que esta acción se hace tomando en cuenta el anuncio de programas sociales que ya se han ofrecido, apoyos como la pensión para los adultos mayores, las becas a los estudiantes y se ha dicho que los apoyos son para 91 municipios donde corren al menos 6 ductos de Pemex.
Lo que pareciera una estrategia bien hecha, no lo es, y el apoyo sería la suma de los que ya se habían anunciado y eso es lo que está detrás de la declaración de “Por familia van a tener un ingreso de seis a ocho mil pesos, porque va a haber domicilios en donde reciban apoyo del adulto mayor, pero también una beca para estudiantes o se complementa con una tanda. Vamos a enfrentar así la práctica lamentable de tener que recoger gasolina de zanjas o fugas o tomas clandestinas para que no haya desgracias”.
Algún lector de Esténtor, quizá se sorprenda y diga que nada de malo tendría recibir tres apoyos de «su» gobierno y efectivamente, no tendría nada de malo; pero eso ya estaba anunciado y ahora solo se le agrega el «se complementa con una tanda». Pero, además, en los sexenios anteriores eso ya se venía realizando, es decir, las familias recibían uno o dos apoyos, por ejemplo, con «Prospera», un programa que desapareció el nuevo gobierno.
Entonces, ¿qué de nuevo tiene este anuncio?; sin ser enemigo del nuevo gobierno como siempre contestan los conocidos chairos o grupos de bots que contrata Morena, se podría decir que no tienen nada de nuevo y es sólo una herramienta para torear el problema y ocultar a los verdaderos responsables de las tragedias que pasan a los mexicanos, como lo de Tlahuelilpan, Hidalgo.
El clímax no político…
32 voces de líderes sociales defienden la organización popular. Este martes en los 32 estados del país, dirigentes del Movimiento Antorchista exigieron, en conferencias de prensa que se respete a la organización social, que se detengan las calumnias y ataques mediáticos que se han orquestado como respuesta a la demanda de obras y servicios para los más desprotegidos y olvidados.
En una primera acción de fuerza y solidaridad, la voz antorchista se hizo presente y por la tarde se potenció cuando miles de mexicanos se sumaron al hashtag #ExijoRespetoParaAntorcha que permaneció por más de cinco horas en la primera posición de lo más mencionado en la red social Twitter.
En la capital del país, Homero Aguirre, vocero nacional antorchista, acompañado de la líder en la Ciudad de México, Gloria Brito Nájera, refirió a que el pasado jueves, en el noticiario de Televisa conducido por Denise Maerker, se transmitió un reportaje de Fátima Monterrosa en el que se presenta como un tenebroso secreto que Antorcha Campesina posee y opera gasolineras en diversos estados del país. El trabajo “periodístico” trató de añadir su cuota de lodo a la imagen pública del antorchismo, pero esto tiene otro propósito de quienes encargaron el trabajo, que es desacreditar y calumniar a Antorcha”.
Pero la lengua de Fátima Monterrosa va más allá y dijo que Antorcha era un “grupo de choque”, cosa que debería probar, porque Antorcha, “organización cuya existencia y actuación son públicas y están a la vista de todo el mundo; una organización social formada por más de dos millones de trabajadores del campo y la ciudad, estudiantes, maestros, pequeños empresarios y comerciantes, no se le puede llamar grupo de choque. El ataque mediático fue calculado, en sus términos y en el momento de su aparición, para servir como disparo de salida al ejército de injuriadores e intimidadores que operan en las redes sociales contra los “enemigos” de Morena y para poner en acción los bots que tienen contratados con el mismo propósito.
Los políticos de recién ingreso al gobierno federal, encabezados por el señor López Obrador, deberían tener claro que Antorcha tiene la razón y el derecho y va a seguir defendiendo a los más débiles y necesitados seguros de que, al final, ganará la verdadera fuerza popular organizada, politizada y consciente, esto lo han demostrado durante 44 años y los mexicanos lo saben y no están dispuestos a creer las calumnias y mentiras contra esta organización social que representa a tres millones de mexicanos pero que puede llegar ya a tener un impacto entre 10 y 15 millones de mexicanos. Por el momento, querido lector, es todo.