Miguel Ángel Casique
Llama la atención este martes el titular de un diario nacional que dice: «Ofrecen diálogo y más dinero a la CNTE si levanta bloqueo»; la información es clara y se refiere a que la Secretaría de Educación Pública y el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, se pusieron de acuerdo, y al mismo tiempo se «coordinan», o al menos coinciden con las declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sobre que no va a ceder a los chantajes; pero, inmediatamente después, señala que no dará la orden de reprimir al pueblo.
Las tres declaraciones son interesantes, sobre todo porque se hacen casi al mismo tiempo, pero dan la idea de que se dieron muy a la ligera, sin que se reflexione sobre ellas. Aunque la primera parte, la de que se está ofreciendo diálogo y más dinero a la CNTE si accede a levantar el plantón, se deja ver algo «inusual» o al menos que no se había manejado abiertamente por ningún gobierno estatal o federal, pareciera como si a la Coordinadora la tenga que comprar el gobierno en alguno de sus dos niveles (y no se hace alusión a que se van a resolver sus demandas, o muy poco); el hecho de ofrecer más dinero es la condición para que la CNTE levante plantón.
El gobierno actual se está caracterizando rápidamente por ser un gobierno que reparte dinero, tanto a los adultos mayores como a los Ninis y a los estudiantes a través de becas; ese dinero será repartido, según él, sin intermediarios, pero la cuestión es que esa forma de operar no resolverá el problema de la pobreza de los 100 millones de mexicanos, ni ahora ni en el futuro; como dijo un comunicador, al darles esos apoyos, en poco tiempo la gente volverá a pedir más y más de lo que se les pretende dar, porque no les va a alcanzar. Este mismo esquema particular se pretende aplica a la Coordinadora, incluso se sabe, ayer el gobierno federal ya adelantó 800 millones de pesos en participaciones para Michoacán, lo cual se suma a los 200 millones que ya había adelantado el viernes pasado para dar un total de mil millones, destinados para el pago de maestros. ¿Qué está preparando el gobierno federal con esas declaraciones y contra quién?
En Michoacán, tras 15 días de que la Sección 18 de la CNTE pidiera atención a sus demandas, el presidente mexicano afirmó que el radicalismo de los disidentes es de extrema derecha, más que de izquierda; se sabe también que la economía nacional, por el bloqueo ferroviario, ya está sufriendo y además de que siguen sin clases 200 escuelas en el estado; los gobiernos estatal y federal han ofrecido a la Coordinadora pagar los salarios y prestaciones atrasadas bajo la condición de que levanten los bloqueos que llevan ya 15 días; además deben regresar a clases y entregar las oficinas gubernamentales que tiene tomadas.
Sobre la segunda y tercera declaración del presidente López Obrador de que no se va a ceder a los chantajes, pero que no dará la orden de reprimir al pueblo; ¿entonces qué se va a hacer?; parece que al nuevo gobierno no se le da mucho la operación política a través de su gabinete o de los llamados superdelegados; algo que esta polarizando a los grupos sociales y sociedad civil, pues una de las tareas de todo político es llevar paz y tranquilidad a sus gobernados, buscando y encontrando en conjunto solución a la problemática social, económica o política y no decidir sobre la base de lo que mi dedito diga.
Que López Obrador declare que no va a reprimir al pueblo debe ser aplaudido y lo tienen que saber todos los mexicanos; porque ya hay claros ejemplos de que una cosa es la que se dice y otra la que se hace. El ejemplo más claro es la represión que se está haciendo con la alusión indirecta de la «Antorcha Mundial» y que va dirigido hacia el Movimiento Antorchista, una organización, que le guste o no a los gobiernos, tienen verdadera raigambre popular y tienen verdadera convocatoria de masas, algo que muy rápido se podría poner de manifiesto.
El clímax no político…
México corrupto. México cayó 33 lugares en al ranking de posiciones, al pasar del 105 en 2012 al 138 el año pasado. Esto según el informe presentado ayer en Alemania, en donde se da a conocer que México se une en el índice de Percepción de la Corrupción; el estudio fue elaborado por la organización Transparencia Internacional.
Según el estudio México cayó tres lugares respecto a 2017 y se ubicó en la posición 138 de 180 país y obtuvo una calificación de 28 puntos sobre 100. En la calificación se resalta que México está en el último sitio entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en el penúltimo de las naciones integrantes del G-20, solo por encima de Rusia. La corrupción en México sólo se acabará cuando se ataque de fondo el verdadero lastre de México, la pobreza, porque el fenómeno de la corrupción, sólo es una expresión de esa gran problema del país. Por el momento, querido lector, es todo.