Un grupo de científicos holandeses se quedaron sin respuesta ante la muerte inexplicable de unas 20 mil aves marinas, cuyos cadáveres están esparcidos en las playas desde hace semanas, un fenómeno que no se había visto en este país en varias décadas.
Estas aves, el arao común, una especie caradriforme de la familia Alcidae nativa de Europa, han presentado síntomas de hambruna severa y se encontraron en la costa entre las islas Wadden del norte (norte) y el suroeste de Zelanda (sur), dijo Mardik Leopold, un investigador de ciencias marinas en la Universidad de Wageningen.
Pese a estos síntomas, los científicos ignoran la razón de esta situación, porque según afirman hay suficientes peces para alimentar a estas aves, que suelen preferir los arenques y las sardinetas.
«La gran pregunta es qué es lo que las está matando», declaró Leopold.
«Es una situación alarmante», dijo el biólogo, al subrayar que la última vez que se constató un nivel similar de mortalidad en Holanda fue en los años 1980 y 1990.
La muerte misteriosa de las aves se limita hasta ahora a las costas holandesas, sin que se haya reportado ninguna señal en Bélgica y Alemania.
Los vientos violentos y las temperaturas invernales de las aguas del mar del norte podrían haber afectado los hábitos alimenticios de estas aves, dijeron algunos científicos.
«Pero ¿por qué las muertes se localizaron sólo en Holanda? Seguramente no somos el único lugar en estar enfrentando en este momento el clima invernal», se preguntó Leopold.
Los medios locales establecieron una relación entre la muerte de las aves y el reciente derrame de cientos de contenedores frente a las islas Wadden.