ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Otro frente, ya casi convertido en crisis, que se le está abriendo al gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador es el tema de las huelgas que vive nuestro país y que arrancaron durante el mes de enero y febrero de este año; la amenaza de un conflicto mayor, se da precisamente antes de que el gobierno federal esté a unos días de cumplir sus primeros 100 días de gobierno donde tendrá que informar qué ha pasado con la operación de los aeropuertos, las estancias infantiles, los muertos de Tlahuelilpan, una investigación seria y creíble del helicopterazo en Puebla; además de contestar por qué hay mucha demora de las dependencias de gobierno para entregar apoyos a los mexicanos; porque ya van tres meses y no se ha podido entregar ni una beca o algún otro apoyo a los campesinos.
De acuerdo con información de la mismísima Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en el país ya hay 15 huelgas, tres estallaron en enero y febrero, se tienen 384 emplazamientos a huelga y 37 conflictos laborales; los emplazamientos serían de sindicatos pertenecientes a la CTM, la CROC y la CROM; un dato que llama la atención es que tan solo de los emplazamientos de los trabajadores de las tiendas Walmart y de Teléfonos de México suman a 150 mil empleados.
Y es que, recordemos que los primeros días de enero, la huelga obrera en las empresas maquiladoras en Tamaulipas, sonó fuertemente y llamó el interés de la población, y aunque en aquel entonces, hubo intención de silenciar o distorcionar los hechos, lo cierto es que no pudieron y los obreros continuaron con su lucha hasta que fueran escuchados.
Sin asegurar que todas los protestas o movimientos en forma de huelga son movimientos «reales» de los trabajadores, lo cierto es que en su mayoría son denuncias que dan a conocer las injusticias, la violación y el atropello de los derechos de los trabajadores y obreros mexicanos, hombres y mujeres que crean y generan la riqueza y que empresas extranjeras o locales se apropian; en la parte norte del país, es sabido que las empresas extranjeras son las beneficiadas con miles de maquiladoras.
Tanto en el extranjero como en el país, las empresas siempre han atropellado los derechos del trabajador, por ejemplo; lo obligan a aceptar salarios arbitrariamente, las prestaciones que tienen son mínimas y sus condiciones de trabajo, en muchas ocasiones, son de las más desagradables y deplorables; esto sucede mucho en la rama de la producción industrial donde los obreros, al no tener más opción de empleo, se ven en la necesidad de aceptar las condiciones que les ponen, con salarios muy bajos y una jornada de trabajo de 12 a 18 horas.
La exigencia y lucha de los trabajadores de las 15 huelgas que ya hay, de los 384 emplazamientos y de los 37 conflictos laborares, sigue poniendo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contra la pared, y tendrá que demostrar junto con su gabinete que pueden resolver esta problemática, y de paso cumplir con su promesa de campaña de incrementar el salario a los trabajadores de las empresas del norte y centro del país. Si las huelgas no están siendo manipuladas por sus líderes de la CTM, CROC y la CROM, podría empezar a despertar, entre los trabajadores de México, que solo unidos y organizados pueden conquistar mejores condiciones laborarles y un mejor salario para sus familias.
El clímax no político…
A esto se le sumará el tema de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, que se vuelve inseguro e inviable el esquema de que operaran los tres aeropuertos; incluso, las aerolíneas internacionales que operan en México ya comentaron al titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, que hay preocupación por la seguridad y flujo del espacio aéreo cuando se concrete el sistema de tres aeropuertos que el gobierno federal pretende poner en operación en las terminales de la Ciudad de México, Santa Lucía y Toluca.
La cosa es muy sencilla, y es que el aeropuerto de la Ciudad de México está saturado, las conexiones a Toluca, a 70 kilómetros de la ciudad, serán casi imposibles, y convertir la base militar de Santa Lucía en un aeropuerto comercial implica mucho tiempo y una inversión significativa, así se resume la nueva problemática; estaría bien saber qué hará el nuevo gobierno para resolver esta nueva arista sobre los aeropuertos, porque esto se puede sumar a uno de los temas que le podrían hacer crisis a la hora de hablar sobre los logros en sus primeros tres meses, que ya se comenta, la lista es muy pequeña, es más ni siquiera se ha podido, hasta este momento, entregar una sola beca a estudiantes. Por el momento, querido lector, es todo.